"De tintes hippies" y con Solete Repsol de Otoño, una terraza con vistas a la Sierra única en el Fargue

La ruta de este fin de semana es urbana y lleva hasta uno de los barrios más alejados y menos conocidos de Granada. Por su ubicación e idiosincrasia, El Fargue parece más un pueblo que parte de la capital y es eso, precisamente, lo que le da un encanto único. Este paseo además de ofrecer el contraste entre el corazón del centro histórico de Granada y la amplia naturaleza verde y fría del mes de noviembre, también guiña al estómago desde una de sus paradas esenciales, la que recala en el restaurante El Caldero que ostenta un Solete Repsol de Otoño desde 2021.

Ruta con vistas y cuestas

A aproximadamente una hora y cuarto a pie si se parte de Plaza Nueva, esta bonita ruta urbana garantiza vistas y cuestas. Atraviesa el Albaicín hasta llegar al Camino Viejo del Fargue, donde la ciudad empieza a perderse de vista y el verde entra en acción. Tras un rato siguiendo ese mismo camino a la izquierda se puede leer un gran graffitti que anuncia que se ha llegado a este restaurante.

Terraza al sol

Su terraza al sol es de las más cotizadas para quienes van a comer al mediodía en estas fechas y su ambiente desde que se pone el primer pie dentro pide arrancarse el reloj de la muñeca, al menos, hasta después de los postres.

"Cierta nostalgia de un pasado sesentero"

No en vano la Guía Repsol define este restaurante como un "un local colorido, terraza agradable y ambiente distendido, con tintes hippies y cierta nostalgia de un pasado sesentero". Es cierto que el vergel de su exterior, los colores de su vajilla, mesas e, incluso, facha e interiores, se atienen a un pantone entre lo artístico y lo rural.

Qué se come en El Caldero

En cuanto a lo más importante, qué se come, en El Caldero presentan tradición con productos de calidad. Ellos mismo dicen que su carta "destaca por platos tradicionales cuidadosamente adaptados a los gustos actuales, elaborados con ingredientes frescos".

El Caldero, además, ofrece música en vivo en la terraza y unas vistas a Sierra Nevada impresionantes sobre todo en otoño, cuando lucen mejor los ocres en las arboledas cercanas.