"Esta noche he soñado con una hamburguesilla del San Remo". Este comentario de Toni Anguiano el Facebook abre toda una cascada de pensamientos entre los granadinos que, pese a que llevan pocos días confinados, ya echan mucho de menos sus bares y su vida de 'hace media vida'. Estos días hay muchas cosas que duelen y preocupan, los que pueden salir para cuestiones básicas de emergencias pueden constatar lo triste que es ver la calle sin niños y los parques cerrados como imagen de la devastación social.

Para una sociedad como la española en general y como la andaluza en particular lo de ver sus bares cerrados es como si le asestarán un puñal. La cuestión es que es un deber quedarse en casa y por ahora solamente se puede soñar con esos pequeños bocados de gloria que hacen de Granada una tierra diferente: sus tapas como las bravas y las hamburguesas del San Remo.

En pocos días nos vamos resignando a que no podemos ir a los bares, esos templos que modelan nuestra forma de ser y que forma parte de nuestra transmisión social acompañándonos en todas las etapas de nuestra vida con el imaginario de las tapas. Cuando acabe eso, la tapa económica y rica de sabor volverá a ser un reclamo para soportar lo mejor posible esta crisis y ojalá los bares afectados sean los menos.

Los paparrones, como en la Taberna Andaluza en ningún lado.

¿Con qué tapas sueñan los granadinos? El jamón asado está muy en la cima de los aperitivos que más convencen a los granadinos. En este sentido, el 'triángulo de las Bermudas' del jamón dando vueltas se encuentra en la zona del Beiro con los bares de Damián como uno de lo epicentros de este manjar. En sus cercanías hay bares que también lo trabajan muy bien, aunque hay quienes recomiendan especialmente el del Ávila.

Precisamente, en el Ávila, el kilómetro cero de las tapas, sirven una especialidad que se llama paparrones que ha llegado al sumun en la cocinada de la Taberna Andaluza, el bar de los futboleros ahora desde su estación en la calle Rodríguez Acosta. De este bar rojiblanco -de atléticos y granadinistas- también hay quien echa ya bastantes de menos el jamón asado, las berenjenas a la miel y la rica asadura.

Las tablas de las Castañeda son otro clásico que llena el buche con clase al igual que los bocadillos de la Mancha y el Aliatar. Modernos y antiguos los callos y las tapas del Saint Germain así como lo actual del Bella Kurva con unos fideos que nunca fallan. En esa zona céntrica, hay verdaderos devotos de la Cuchara de Carmela. En La Tana un buen vino. Y cuando haga sol, una ensaladilla rusa en el Oliver.

El Aliatar y la Mancha, dos clásicos para matar el hambre a cualquier hora de día con bocadillos espectaculares.

En La Chana, dos especialidades como la 'primera' del Arenal con el lomo con patatas y las milanesas de la Bodeguita en las Torres, una zona que nunca perderá su condición de tapera. Del Arenal también destacan los rejos y su ajopollo. En Los Pajaritos, hay quien sueña con volver a ver un partido de fútbol acompañado de un pincho de tortilla en El Vagón.

En la zona de Plaza de Gracia, algunos esperan volver a comerse un triquini potente de los de El Poderío y también echan en falta cualquier salserío pringoso. En la zona Norte, la carne en salsa del Ruta 28 -¿con qué la harán para que esté tan sabrosa?- y las tapas generosas del Gimnasio en la Avenida de Joaquina Eguaras.

Un servidor echa también de menos la comida casera como la ensaladilla rusa de su padre, la mejor según los expertos. También echa de menos que su madre le diga que se lave las manos, ya era su obsesión desde mucho antes de que llegará esta media vida en la que llevamos unos días metidos, y que mientras ella empieza su plato el resto ya vayamos por el postre. Volverá, más pronto o más tarde, pero los sueños taperos se harán realidad.

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