La tienda más antigua de Granada, un negocio que ha visto dos siglos en la plaza de la Trinidad

En 1850 abrió sus puertas como un ultramarinos, luego siguió como tienda de alimentación de productos que no eran fáciles de encontrar en la ciudad

"Fue un salón donde la sociedad y la burguesía granadina se reunía": La coctelería más antigua de Granada y única en su especie

La tienda más antigua de Granada, un negocio que ha visto dos siglos en la plaza de la Trinidad / Matilde Devesa, Noa Gaztañaga y Marta Gual

Dos siglos atrás la tienda Oliver ya estaba en pie vigilando desde su esquina a los paseantes de la Plaza de la Trinidad. Cuando abrió sus puertas por primera vez la estampa estaba llena de sombreros, trajes, vestidos largos y coches de caballos. Era 1850 y lo que se inauguró como una tienda de ultramarinos permanece con esa esencia casi intacta 150 años después.

Capilla Maldonado, la actual propietaria de Oliver Delicatessen.
Capilla Maldonado, la actual propietaria de Oliver Delicatessen.

Oliver ahora vende, sobre todo, frutos secos y artículos delicatessen como vinos o aceites premium. Son parte de los artículos que su dueña, Capilla Maldonado, enseñó a los alumnos Matilde Devesa, Noa Gaztañaga y Marta Gual, del Grado de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Granada, que eligieron este coqueto comercio tradicional para formar parte de la serie documental 'De toda la vida' que rinde homenaje a todos esos establecimientos históricos de Granada que se mantienen en pie y regalan vida a la ciudad.

Su historia

En 1850 abrió sus puertas de madera como un ultramarinos, cuenta Maldonado, luego siguió como tienda de alimentación de productos que no eran fáciles de encontrar en la ciudad. "La familia que lo abrió quiso traer a Granada cosas que entonces no había", dice la actual propietaria que concreta que eran productos que venían de fuera de España como café. También vendían legumbres, aceite o vinos al por menor.

Un bonito recuerdo de infancia hecho realidad

Parte de la clientela de Oliver, continúa, son aquellos que venían con sus abuelos o sus padres y para ellos la tienda es un bonito recuerdo de infancia, incide. "El público siempre es el tradicional aunque también hay mucho cliente de paso, Granada es una ciudad con mucho turismo pero sobre todo es el cliente de toda la vida quien hace que la tienda siga abierta", concluye.

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