Granada

Más de dos mil universitarios rechazan en la calle los tijeretazos a la educación pública

  • Los estudiantes de la UGR se sumaron ayer a la convocatoria nacional en una manifestación que recorrió el centro de la ciudad y que terminó con una sentada a las puertas del Hospital Real

La educación saca músculo. Ayer los estudiantes de la Universidad de Granada hicieron su primer alarde de fuerza por las calles de la ciudad. Más de 2.000 personas -en su mayoría alumnos de la UGR pero no exclusivamente- marcharon en una especie de gran ensayo general contra los recortes en este sector.

Tras tomar parte en varias asambleas de la plataforma de la institución académica contra las medidas impuestas vía decreto ministerial, los alumnos decidieron este lunes secundar las protestas convocadas por los sindicatos estudiantiles y de profesorado contra los recortes en la enseñanza en líneas generales. Y es que ayer los estudiantes de la Universidad de Granada no sólo tomaron la calle de manera pacífica para manifestarse en contra de las medidas impuestas en la Universidad, también en Bachillerato, Secundaria y Primaria.

La protesta partió al mediodía desde los comedores universitarios de Granada con poco más de medio millar de personas, si bien a la media hora del inicio a mediados de la calle Rector López Argüeta contaba ya con más de un millar de personas, cifra que fue en aumento a lo largo de las calles San Jerónimo y de Cárcel Baja, para llegar a la céntrica Gran Vía con más de 2.000 manifestantes, según fuentes de la Policía Local, aunque algunos sindicatos participantes calcularon en más de 4.000 los asistentes.

La protesta había sido convocada por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Juventud Andaluza Independentista (Jaleo) y la Coordinadora Sindical Estudiantil, que también habían propuesto otras medidas de protesta.

La noche del miércoles unos 200 universitarios llevaron a cabo un encierro en la Facultad de Filosofía y Letras con el objetivo de organizar a los estudiantes, informarles del incremento de las tasas y las consecuencias de los recortes aprobados por el Gobierno.

"En el encierro se pretendía movilizar a los estudiantes para que muestren su rechazo a los recortes y defiendan el derecho a una educación de calidad", explicaba ayer Andrés Bertí, de la Coordinadora Sindical Estudiantil.

Paralelamente se llevaba a cabo otro encierro en el instituto Padre Suárez en el que tomaron parte unos 50 representantes sindicales para simular un velatorio por la muerte de la educación pública.

En el caso del Padre Suárez, la convocatoria había sido realizada por las organizaciones sindicales ANPE, APIA, CCOO, CSI.F, CGT, FETE-UGT, PIENSA y USTEA. Fermín Sánchez, uno de los participantes en el encierro del instituto granadino que por la mañana se sumó también a la marcha de protesta, se lamentaba del poco apoyo que todavía están mostrando los padres de los alumnos de Primaria, Secundaria y Bachillerato a las medidas para manifestar la disconformidad con los recortes que afectan a la educación pública. "Anoche lo estuve comentando con los representantes de todos los sindicatos de enseñanza: hay que lograr la implicación de los otros colectivos, especialmente de los padres".

Es cierto que en la manifestación de ayer casi todos los participantes eran alumnos de la Universidad de Granada, pero también se veían algunas caras de profesores de la UGR y de representantes del personal de administración y servicios, como Manuel Hidalgo, portavoz del Sindicato Andaluz del Trabajo (SAT) que había participado en el encierro de Filosofía y Letras y que portaba la pancarta contra los recortes en la UGR ayudado por compañeros de otros sindicatos.

En la asamblea del miercóles por la noche, según comentó Hidalgo, se decidió aceptar la oferta de diálogo que el rector realizó en el claustro del pasado 5 de octubre y ofrecerle "la apertura de una negociación". Para ello, según consta en el documento entregado ayer en el Registro General de la UGR, solicitan una reunión para la próxima semana entre los días 15 y 19 de octubre.

Y también había quejas entre los representantes de los estudiantes. Por ejemplo, María José Teruel, manifestó su disgusto de que parte del profesorado dificultase el derecho de manifestación con prácticas obligatorias que han "coartado" la salida a la calle de muchos estudiantes.

La valoración del paro académico convocado para el día de ayer resultó ayer un escollo con el que no se atrevieron a lidiar ni fuentes del Rectorado ni de los Sindicatos de Estudiantes. "Si es difícil controlar la asistencia de los mismos docentes, ¿cómo calcular la de los alumnos hoy?", comentaba ayer Javier Castillo, de la Coordinadora Sindical Estudiantil.

La manifestación transcurrió de manera pacífica hasta casi las dos de la tarde, aunque provocó el corte del tráfico en algunas de las principales calles de la ciudad.

La jornada de movilizaciones, que terminó con una sentada ante el Rectorado de Granada tendrá su continuación la semana que viene, pues ya hay previstas nuevas manifestaciones para el próximo 18 de octubre, fecha en la que también hay convocada otra huelga académica. El día 22 habrá una concentración que cuenta con el apoyo del profesorado y una más convocada por sindicatos para el 31 de octubre.

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