Granada

De mujeres rurales a empresarias de éxito

  • Teresa Guillén, Sonia García y Encarnación Grande han creado una residencia para cuidar a personas mayores

En Pedro Martínez, municipio de poco más de 1.000 habitantes, ubicado en la planicie del Cerro Mencal, hay tres mujeres rurales que se han lanzado al reto de crear una empresa para el cuidado de personas mayores. Se trata de Granteson, una empresa cooperativa con sede en Pedro Martínez. El nombre es el resultado de juntar los nombres y apellidos de las tres protagonistas. Se conocieron en 2007 haciendo un curso de ayuda a domicilio, Teresa ya había trabajado en este sector y Sonia y Encarni estaban en paro. "Nos caímos bien, confiamos las unas en las otras; cuando terminamos el curso se nos ocurrió que podíamos montarnos por nuestra cuenta, hablamos con los alcaldes de nuestros pueblos y como nos apoyaron decidimos montarla". En un principio comenzaron a caminar de un lado para otro de la comarca. En Fonelas y Pedro Martínez "comenzamos las tres y cuando ya apareció la Ley de Dependencia empezamos a contratar personas" y a ampliar el "radio de acción social" a Morelabor, Alamedilla y Albuñán.

A pesar de todos los obstáculos, Teresa, Sonia y Encarni siguen en su empeño de no sólo sacar la empresa adelante, también en mejorar el servicio. El año pasado solicitaron una subvención al Grupo de Desarrollo Rural en el marco del programa Lidera financiado por fondos FEADER de la Unión Europea y por la Junta de Andalucía, para implantar y certificar un sistema de Gestión de Calidad. Dicho y hecho, ya lo han implantado.

Teresa cuenta cómo es el día a día de esa labor tan necesaria como es la ayuda a domicilio a las 110 personas mayores dependientes de nuestra comarca a las que prestan servicio: "Primero la trabajadora social valora el caso y después nos reunimos con ellas y nos dice qué es lo que tenemos que hacer a cada usuario, eso todas las semanas".

En octubre la Junta reconoció su labor en el Día Mundial de la Mujer Rural, desde entonces atraviesan un momento complicado. Ellas y sus 38 empleadas llevan desde noviembre sin cobrar. "El único sueldo que entra en casas de estas mujeres es el que ellas llevan, y ya van para 4 meses sin cobrar. Es una situación insostenible" cuenta Sonia. "Somos una familia y es muy duro tener que despedir a una auxiliar porque por culpa de los recortes hay menos usuarios, en octubre éramos 45 y 125 usuarios y mira ahora", añade Encarni. En 5 meses 15 usuarios menos y siete despidos. Pese a todas las dificultades, Encarni, Teresa y Sonia no dudan en reconocer que la mejor recompensa a su trabajo es la sonrisa de las personas mayores cuando sienten su afecto.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios