Varios efectivos de la Policía Nacional de Granada detuvieron ayer a un joven que viajaba en un autobús acompañado de una menor que había desaparecido el jueves en Huelva. La niña, de 12 años, era natural de la localidad de Isla Cristina y estaba en paradero desconocido después de haber sido vista por última vez en calles cercanas a su vivienda. Aunque en un principio trascendió que el detenido tenía 18 años, fuentes del Cuerpo Nacional señalaron a este diario que se trataba de un varón granadino de 34, que es acusado de un posible delito de detención ilegal.

Como relataron las mismas fuentes, al parecer, ambos se conocieron a través de las redes sociales y el hombre decidió ir a buscarla hasta la provincia onubense. Una vez allí, los dos habrían subido a un autobús con destino Granada, donde fueron, finalmente, interceptados -en concreto, en la estación de autobuses-. Todo después de que los padres de la menor denunciasen su desaparición en la mañana de ayer en las estancias de la Guardia Civil de Huelva.

La Policía Nacional granadina recibió también dicha denuncia y se puso a trabajar para conocer la situación de la niña, que sufre una minusvalía psíquica de más del 30%. Las investigaciones entre distintas unidades permitieron conocer que el hombre habría viajado hasta su casa y habría subido a un autobús con ella. De hecho, en algún momento se conoció que ambos se encontraban en Málaga pero no pudieron ser detenidos, por lo que continuaron su viaje hasta ser interceptados al bajar del vehículo que los trasladaba hasta la provincia granadina.

Una vez en manos de los agentes, la menor fue trasladada hasta el Hospital Materno Infantil de la capital, donde fue examinada para descartar cualquier agresión física o sexual por parte del arrestado. Pese a todo, las primeras exploraciones indican que se encontraba en buen estado de salud, como sostuvieron fuentes de la Subdelegación del Gobierno central.

El siguiente paso fue avisar a los familiares de R. J. -la joven de 12 años-, que emprendieron el viaje hasta Granada para recoger a su hija. Habría sido la misma menor la que hubiese dado la voz de alarma al hablar a través de la aplicación de mensajería instantánea Whatsapp con una amiga, a la que le indicó dónde se encontraba. Al cierre de esta edición, el detenido, sobre el que podría caer, además, un presunto delito de agresión sexual, se encontraba en dependencias de una de las comisarías locales del Cuerpo Nacional de Policía. La investigación continúa abierta.

Los familiares de la niña desconocían las razones ni las circunstancias en las que se sucedió la marcha y admitían que las autoridades no les habían confirmado que se hubiera ido por su propio pie. La escasa edad de la joven hace imposible tomarle declaración -debería tener, al menos, 14 años-. No obstante, aunque asegurase haber partido no siendo obligada por el arrestado, el delito de detención ilegal seguiría siendo un hecho al no contar con el beneplácito de los tutores en su partida.