Hay pocos ninis que lo sean por voluntad propia. Puede que en los años del boom económico, cuando el futuro laboral no se veía como una amenaza tan seria como ahora, hubiera quien decidiera, con todo lo que ello conlleva, ni estudiar ni trabajar. Pero ahora, la gran mayoría de los ninis lo son a la fuerza, e intentan remediarlo buscando empleo de forma activa. Así lo señala el estudio de Fedea elaborado por los economistas Marcel Jansen, Sergi Jiménez-Martín y Lucía Gorjón. El legado de la crisis: El mercado de trabajo español y las secuelas de la gran recesión profundiza en las características de esa generación perdida, a la que el mercado laboral le ha cerrado las puertas en la cara.

En el año 2012, el 27% de los jóvenes españoles -a estos niveles lo datos provincializados brillan por su ausencia- por debajo de los 30 años no estaba ni trabajando ni estudiando. Esto corresponde a la tercera mayor tasa de ninis de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), al nivel de Italia y únicamente por detrás de Grecia y de Turquía. Sin embargo, "sólo una pequeña fracción de ellos eran inactivos". De hecho, el informe apunta que si se restringe la atención a los ninis inactivos, es decir, que no estudian, no trabajan y no buscan empleo, España pasaría a ocupar una tasa intermedia, cerca de países como Dinamarca y Finlandia. "En otras palabras, a pesar del comparativamente alto nivel de desempleo entre los jóvenes, muchos de ellos siguen buscando activamente un empleo. Por el contrario, Italia tiene una tasa de ninis inferior a España, pero la proporción de jóvenes inactivos es cada dos veces mayor".

Aunque no sea más que una extrapolación, algunos de los indicadores sobre el mercado laboral de los jóvenes que sí se hayan desglosados a nivel provincial permiten confirmar que la situación también se reproduce en Granada. Cruzando los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), del padrón municipal, de la estadística de afiliación a la Seguridad Social del Instituto de Estadística de Andalucía, y del Servicio Público de Empleo Estatal, se sacan algunas conclusiones interesantes.

En la provincia hay 92.496 jóvenes de entre 16 y 24 años. De ellos, 16.433 se encuentran trabajando de forma activa; a lo que se suman otros 61.200 que se declaran inactivos por encontrarse estudiando (en este caso, no hay división por edad, así que pueden colarse algunos estudiantes que superen los 24 años y la treintena, pero la estadística provincial no afina más). En ese caso, hablaríamos de un total de 77.633 jóvenes que estudian y trabajan, con lo que habría otros 14.863 que podrían ser considerados ninis. Sin embargo, si se tiene en cuenta la cifra de demandantes de empleo con edades comprendidas entre los 16 y los 24 años, se podría vislumbrar, aunque fuera sólo estimada, la cifra de jóvenes que no estudian, no trabajan y no tienen intención de hacerlo.

Según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal, en la provincia hay 10.331 menores de 24 años en paro y demandando empleo, lo que significa que el colectivo de auténticos ninis podría no estar compuesto por más de 4.500 personas, que representarían poco menos de un 5% de la población.

El estudio de Fedea explica que en el conjunto nacional hay enormes diferencias entre la tasa de ninis de jóvenes entre 16 y 24 años y del grupo entre 25 y 30 años. "Actualmente las tasas de ninis para el grupo de mayor edad son más de dos veces las tasas de ninis de los más jóvenes. Estas cifras revelan que el estatus de nini es muy persistente entre aquellos jóvenes que abandonaron sus estudios en los años previos a la crisis".