Granada

Las denuncias por ruido en pubs y bares caen un 85% en diez años

  • En el mismo periodo se triplican las sanciones a discotecas El número de establecimientos con licencia para música en la capital desciende a 200 frente a los casi 500 existentes en 2010

Granada ha decidido recuperar lo que un día fue allá por los años 80. Quiere ser la ciudad del rock. Vender esta marca hacia el exterior, atraer a un público bien definido hasta las salas de la capital donde las Concejalías de Turismo y Cultura ofertan desde esta semana un amplio programa de conciertos y una ruta turística para reivindicarla relación de la ciudad y la música. Lo hace doce años después de haber emprendido una auténtica batalla contra el ruido que logró agotar la paciencia de propietarios de establecimientos y músicos tras la implantación y desarrollo del Plan Jericó. Un programa de control del sonido que buscaba reducir los decibelios en pro del descanso de los vecinos de todo tipo de establecimientos, incluidos por supuesto pubs y discotecas.

El Plan Jericó tiene su origen en el mandato de José Moratalla, que estableció la obligatoriedad de instalar un aparato de control de ruidos en los locales con licencia de música en un plazo de seis meses a contar desde el 1 de enero de 2004. Sin embargo, el gobierno popular descubrió varios meses después a su llegada al poder -en mayo de 2003- que solo el 20% de los casi 500 locales con licencia para música cumplieron esa normativa, motivo por el cual en mayo de 2004 el Ayuntamiento de Granada notificó por carta a todos los empresarios la obligación de instalar el aparato de control con un coste superior a los 1.200 euros. Las críticas no tardaron en llegar. La Federación de Hostelería presentó incluso un recurso contra la normativa del Plan Jericó argumentando que podía invadir la intimidad de los locales. Recurso que fue desestimado en junta de gobierno local bajo el argumento de que no se certifica "desde los servicios jurídicos municipales ni desde los expertos consultados que se vulnere ningún derecho de los locales", tal y como recogió Granada Hoy el domingo 3 de octubre de 2004. Desde ese momento en adelante, el Ayuntamiento empezó a recibir mensajes GSM de los aparatos que tienen como objetivo que no se superasen los 90 decibelios y no se exceda el horario.

Doce años desde la implantación del plan Jericó, que tiempo después pasó a denominarse Galileo, el número de locales con licencia para música ha caído a la mitad, reduciéndose un 53,6%. En la actualidad, un total de 232 locales están autorizados, de los cuales tan solo 13 pueden ofertar actuaciones en directo que se corresponden con 12 salas de fiesta y un auditorio.

La caída del número de locales con licencia y la obligación de implantar los sonómetros, así como una mayor conciencia de los empresarios, ha provocado el descenso del número de denuncias por temas de ruido. Según detalla la concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Granada, Telesfora Ruiz, a lo largo de 2015 las denuncias por ruidos en bares con música o pubs, así como en discotecas y salas de fiesta, arrojan una caída del 85,9% respecto a 2005. En concreto, las sanciones han descendido de las 57 registradas en 2005 a apenas 8 en 2015. Siete veces menos. Esta tendencia a la baja, sin embargo, no se ha producido en el caso de discotecas y salas de fiesta, donde ha ido en aumento. En el año 2005 Medio Ambiente impuso 5 sanciones a este tipo de establecimientos. En 2007 alcanzaron las 20 y en 2013, las 33. Por último, en 2015, se contabilizaron 15. Tres veces más que en 2005, pero una cifra bastante inferior a años como 2007 o 2013.

Los locales deben cumplir con unos requisitos mínimos dependiendo de su licencia, que pasan por albergar aislantes tanto para el interior como el exterior del establecimiento. Las consecuencias de superar los niveles permitidos en caso de que se realice una inspección pasa por la instrucción de un procedimiento de restauración para que se arregle el problema con medida cautelar si se superan los 6 decibelios sobre lo permitido. Paralelamente, se abre un procedimiento sancionador con multa.

El coste de las infracciones depende de la gravedad de las superaciones. La infracción leve comprende la superación hasta en 3 dBA sobre los dBA permitidos y se sanciona con multa de hasta 600 euros. Por otra parte, la infracción grave recoge la superación de hasta en 6 dBA sobre los dBA permitidos en este decreto que se sanciona con multa de hasta 12.000 euros. Por último, la infracción muy grave contempla la superación en más de 6 dBA, se sanciona con multa de hasta 300.000 euros.

En 2007, 2008 y 2009 hubo periodos en los que dos técnicos del servicio acompañaban a dos agentes de la patrulla verde y atendían las posibles denuncias de ruidos que pudiesen llegar al 092, portando decretos de clausura cautelar de la música en superaciones de más de 6 dBA de lo permitido. "En la actualidad, dado que las actividades ruidosas han disminuido, las intervenciones y posibles clausuras se realizan por denuncia", destaca Ruiz.

Por otra parte, también se hace un seguimiento exhaustivo al horario de cierre de los locales establecidos por Orden de 25 de marzo de 2002 de la Junta de Andalucía, que recoge los pubs y bares con música deben cerrar sus puertas a las 3:00; el horario de cierre de discotecas y salas de fiestas son las 6:00 horas aunque, los viernes, sábados y vísperas de festivos, los establecimientos pueden cerrar una hora más tarde de los horarios especificados.

Para la concejal de Medio Ambiente, la suma de todas las medidas ha sido positiva en el cumplimiento de las normas. No obstante, la vigilancia y atención inmediata a las posibles denuncias debe permanecer constante. Según Ruiz, el mayor reto reside en lograr, por un lado, una mayor concienciación de los promotores de establecimientos de ocio, que deben de ser conscientes desde el principio de la necesidad de adoptar medidas eficaces contra las molestias sonoras que puedan causar al vecindario. Ello pasa por acometer una insonorización del local y vigilar el buen comportamiento de sus clientes en la entrada del mismo, haciendo compatible el esparcimiento, con música incluida, con la vida diaria de sus vecinos. "También tiene mucha trascendencia la concienciación de los propios clientes, que deben considerar su doble condición: personas que se divierten en ocasiones en los lugares de ocio y personas que pueden verse afectadas por otros que lo hacen cuando ellas quieren descansar. Debemos avanzar en el concepto de responsabilidad y solidaridad", defiende la edil, que también habla sobre las consecuencias de la ley antitabaco en el descanso de los vecinos.

En este sentido, Ruiz explica que han aumentado las quejas por ruidos producidos en la calle, como era de esperar. No obstante, "hemos de tener en cuenta que el número total de denuncias por ruidos en el año 2015 ha ascendido a 600, de las que 374 han sido debido a actividades domésticas y el resto a cualquier tipo de actividad por ruidos en establecimientos (bares, tiendas de ropa, restaurantes, carnicerías, supermercados etc.)". "Granada sigue siendo una ciudad muy viva, con muchos visitantes y con gran número de residentes a los que les gusta distraerse en los espacios públicos y en las salas con música", destaca Ruiz que cree que la convivencia de todos es posible con una buena dosis de responsabilidad y sentido común: "Diversión, sí, hasta donde comience el límite de causar molestia a los demás".

Por su parte, el secretario general de la Federación de Hostelería y Turismo de Granada, Antonio García, recuerda que la implantación del Plan Jericó es un proyecto ya superado que ha logrado aunar el trabajo de los empresarios con el descanso de los vecinos. "El ruido está perfectamente controlado. Hay una inspección por parte del Ayuntamiento de Granada que se dedica a los sistemas acústicos", detalla García, que remarca que los establecimientos se limitan a cumplir con la normativa. No obstante, reconoce que en un principio fue mal visto hasta que cogió el rango de ordenanza y fue asumido. "Así se llega a la armonización entre la actividad de ocio nocturna con la convivencia con los vecinos".

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