Francisco Vigueras

Mariana, símbolo de igualdad

Su ejecución castigó la participación de la mujer en la vida política

N UNCA una palabra indiscreta escapará de mis labios para comprometer a nadie. Me sobra firmeza de ánimo para arrostrar el trance final. Prefiero sin vacilar una muerte gloriosa a cubrirme de oprobio delatando a persona viviente". Fueron las últimas palabras que pronunció Mariana Pineda, antes de ser ejecutada, una triste mañana del 26 de mayo de 1831. La historiadora Antonina Rodrigo nos dice que sus verdugos le ofrecieron salvar la vida a cambio de delatar a sus compañeros de la revolución liberal, pero nuestra heroína guardó silencio y se enfrentó al cadalso.

Mariana fue sometida a un juicio lleno de irregularidades por la monarquía absolutista de Fernando VII que firmó su sentencia de muerte. Los esbirros del rey déspota habían registrado su casa y presentaron como prueba una bandera de color morado en la que había bordado con hilo rojo el lema: ¡Libertad, Igualdad y Ley! Mariana fue acusada de participar activamente en la conspiración contra la tiranía fernandina y el 26 de mayo de 1831 fue conducida a la Plaza del Triunfo y ejecutada públicamente mediante el brutal garrote vil. Su ejecución no solo pretendía castigar a los liberales -nos dice Antonina Rodrigo-, sino castigar también la participación de la mujer en la vida política y social.

Hoy, 182 años después de aquel crimen infame, Mariana Pineda es mucho más que la 'heroína de la libertad', se ha convertido en un símbolo de la liberación de la mujer, que está pagando un alto precio en la lucha por la igualdad. Según la ONU, cada año son asesinadas en el mundo más de 66.000 mujeres, víctimas de la violencia machista. A este dato escalofriante hay que añadir, por ejemplo, que en Nueva Delhi se produce una denuncia por violación cada media hora; que en las calles de El Cairo es permanente el acoso sexual que sufren las mujeres; o que en Tokio, el 64% de las jóvenes reconocen hacer sido objeto de tocamientos en el tren. Tampoco olvidamos el programa sexista Blachman, de la televisión pública danesa, que convierte el cuerpo femenino en un espectáculo bochornoso.

Por todo ello, nos reunimos, una vez más, en la Plaza de la Mariana para rendirle homenaje con el romancero popular de Javier Tárraga y las canciones de artistas solidarios como Juan Trova, Juan Pinilla y María Martín.

Cada vez son más las asociaciones de mujeres que apoyan a Granada Abierta en su reivindicación al Ayuntamiento, para que declare el Día de Mariana Pineda como fiesta local. Recordamos al gobierno municipal que el Día de la Mariana era la gran fiesta del pueblo de Granada durante la República, hasta que fue prohibida por la dictadura franquista. Por tanto, Granada Abierta sólo quiere recuperar la fiesta que los militares golpistas arrebataron al pueblo.

Recordamos también que la Unión Europea ha reconocido a Mariana Pineda, poniendo su nombre al salón de entrada del Parlamento de Estrasburgo y pediremos al Parlamento Andaluz que sea declarada Hija predilecta de Andalucía.

En Granada necesitamos una fiesta laica, capaz de unir a toda la ciudadanía en los valores democráticos de la igualdad, la justicia y la libertad.

Granada Abierta está integrada por Manifiesto 2 de Enero, Asociación Pro Derechos Humanos, Asociación para la Solidaridad y la Paz de Andalucía, Granada Laica, Izquierda Unida, Fórum de Política Feminista, Asociación Mariana Pineda, Comunidades Cristianas Populares, Mezquita de la Paz, Asociación Cultural Almenara, Asociación Gitana Anaquerando, Unidad Cívica Andaluza por la República, Sindicato de Periodistas de Andalucía, Centro de Estudios Históricos de Andalucía y Asociación Democracia y Derecho.

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