Quousque tamdem

Luis Chacón

no es el bulevar

20 de enero 2014 - 01:00

GAMONAL. Famoso ya como Santa Gadea de Burgos do juran los fijosdalgo y donde Mío Cid exigió juramento a Alfonso VI. Y si el de Vivar fue reacio a creer al rey, pues sospechaba que si no fue, sí consintió en la muerte de su hermano; hoy, burgaleses y españoles, recelamos del rey, de su familia, de los partidos, de los sindicatos y de todo gobierno y oposición que caliente algún mullido asiento de parlamento, salón de plenos o cafetería adyacente.

El poder suele ser torpe. Y si dispone de mayoría absoluta se cree inmune a cualquier protesta. Por eso, el gobierno se aferra a creer que esto es cosa de cuatro antisistema. Y como en el gabinete abundan las gentes de orden, se recurre a los antidisturbios. ¡Allá ellos! Mucho rey se dio cuenta del error de cálculo en el tren que le llevaba al exilio y no son pocos los políticos que acabaron mascando su desconcierto en algún triste despacho. La oposición siempre es más torpe que el gobierno: perdió las elecciones. Por eso quiere ver cualquier muestra de descontento, por nimia que sea, la señal de que el pueblo ansía su vuelta. La ilusión es libérrima. Aún hay algún Borbón que aspira al trono de Francia. Creo que tras el desliz de Monsieur le President prepara nervioso corona y maletas pues París le espera… pero en el Burger King de Eurodisney.

Los salvapatrias. Siempre demasiados. Uno solo, sobra. Por la derecha ven a las hordas marxistas mudando en establo la Catedral de Burgos y piden un añejo bastón de mando. Imagino que para molernos a palos a todos los que no les riamos la gracia. Y por la izquierda, como no podía ser menos, ya lucen la ajada boina del Che Guevara y llaman a una revolución con olor a naftalina. Nos prometen el paraíso. Eso sí, pasando antes por infierno de la dictadura del proletariado. Dicen que si señalas a un tonto la luna, te mira el dedo. Y estos dos fijan la mirada en Gamonal. Son demasiados los que, más que dar solución a los problemas, buscan pescar en río revuelto.

En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta. A este aforismo se le conoce como Navaja de Ockham pues se decía que con él, fray Guillermo de Ockham afeitaba como una navaja las barbas de Platón. Los vecinos de Gamonal han dejado lampiños a Rajoy y a Rubalcaba. La realidad es muy sencilla: ni es el bulevar, ni Burgos, ni Gamonal, es el inmenso hastío ante tanta corrupción, desprecio, impunidad e incompetencia.

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