ALGO se mueve en relación a Cataluña? Parece que Rajoy y Mas van a hablar. Es todo un síntoma de la gravedad de la situación que una conversación entre los Presidentes de España y Cataluña sea noticia. En cualquier caso, espero poco de dos líderes bastante amortizados y que, por tanto, carecen de autonomía. Ya ha dicho Mas que cualquier acuerdo deberá ser ratificado por ERC. Pero tampoco Rajoy puede moverse. Ya le han recordado esta semana a través del manifiesto Libres e iguales, leído por una de sus diputadas y con el apoyo de influyentes periodistas y otras personalidades, que debe limitarse a castigar cualquier comportamiento rupturista.

Al margen de la valoración que merezca este manifiesto, es importante que también fuera de Cataluña nos tomemos en serio lo que está ocurriendo allí. Resulta positivo que personas conocidas por su actividad profesional (lo de intelectuales suena pretencioso) se posicionen y generen debate social. En ese sentido, destaco el otro manifiesto aparecido en este contexto: Por una reforma federal en una Europa federal. Si el Libres e iguales viene a decirnos que los nacionalistas son unos reaccionarios y con la ley se pueden someter, por no decir reprimir, las aspiraciones secesionistas extendidas en Cataluña, en el otro se reconoce el conflicto y se intenta aportar una salida para evitar un conflicto de consecuencias incalculables.

A mi juicio, si este conflicto tiene alguna salida pasa por la reforma federal de la Constitución en los términos esbozados en el segundo manifiesto: reconocimiento de identidades diferenciadas, cámara de encuentro territorial, distribución clara de competencias y financiación justa y equilibrada que concilie solidaridad con ordinalidad. Por ello, confío en que más pronto que tarde se asuma por todos el marco de referencia de la reforma federal, aunque les suponga romper con parte de sus apoyos políticos y sociales. Para alcanzar ese punto, los federalistas debemos tirar fuerte y de forma insistente de la estaca del inmovilismo. La propuesta es clara: reforma federal de la Constitución que sea votada por todos los ciudadanos de España, en ejercicio del derecho a decidir, conforme al procedimiento establecido en la Constitución. Si conseguimos que esa reforma federal sea aprobada en toda España habremos garantizado su propia existencia; si, por el contrario, se mantiene el encono desde las respectivas trincheras en veinte o treinta años seguramente Cataluña no será independiente pero España se parecerá mucho a la Checoslovaquia previa a la revolución de terciopelo.