Ignacio Henares

Pareja de baile en peligro

La diminuta mariposa del Puerto del Lobo y su planta nutricia, la gregoria de Sierra Nevada, son dos especies que están gravemente amenazadas por el cambio climático

(Nombre científico: Agriades zullichi) Esta diminuta mariposa que pertenece al grupo de los licénidos, es un endemismo de Sierra Nevada y una de las especies europeas con un área de distribución más restringida, menos de un kilómetro cuadrado para las aproximadamente 30 poblaciones descritas. Vive entre los 2.400 y 3.000 metros de altitud, en pastizales y taludes de vegetación de porte almohadillado, expuesta a fuertes vientos y alta insolación, sobre sustratos silíceos con filones de cuarzo.

La hembra deposita los huevos sobre las hojas de la gregoria cuando la floración está finalizanda, introduciendo verticalmente el abdomen entre las hojas y colocando un huevo por planta. Las larvas se alimentan exclusivamente de las hojas y flores de la gregoria de Sierra Nevada. Los adultos, que vuelan en los meses de junio y julio, liban sobre arenarias, tomillos de la sierra, zahareñas, vulnerarias… y sobre otras muchas especies de las altas cumbres.

El vuelo de los machos es singular con saltos, pasadas cortas y rápidas a ras del suelo, con trazados irregulares y cambios bruscos que junto al mimetismo de los colores de sus alas hacen difícil su seguimiento.

Etimología de Agriades zullichi: Agriades parece venir de Agrio, dios hijo de Cirse y Odiseo; zullichi, en honor a un naturalista austríaco del siglo XIX.

(Nombre científico: Androsace vitaliana subsp nevadensis). Esta pequeña planta perenne, (su tamaño máximo son unos 5 centímetros), pertenece a la familia de las primuláceas, tiene aspecto musgoso y forma densas almohadillas. Sus hojas son oblongas, con pelos estrellados dispersos. Vive en suelos predregosos, no móviles, sobre micaesquistos, entre 2.400 y 3.200 metros de altitud en los pisos oro y crioromediterráneo, conviviendo con otras especies del matorral propias del dominio del piornal-enebral y pastizales de la alta montaña mediterránea, tales como rompebarrigas, zamárragas, arenarias o la colorida Nevadensia purpurea.

Entre junio y julio salen sus pequeñas flores, de color amarillo vivo, pentámeras, solitarias y con un pequeño peciolo. El fruto es una pequeña cápsula esferoidea que se abre en valvas al final del verano.

Etimología de Androsace vitaliana: El término que da nombre al género parece venir del griego ándros (= hombre) y sákos (= escudo, supuestamente por la forma de las hojas rosulares de la Androsace maxima), aunque otros autores lo hacen derivar de ákos = remedio. Vitaliana vendría por un famoso botánico italiano.

Muchos organismos y en especial los que viven en sistemas montañosos, son muy sensibles al cambio climático. Si bien las especies pueden modificar sus áreas de distribución en respuesta a los cambios en el clima, con frecuencia se establecen interacciones ecológicas entre las especies, a menudo muy estrechas, que implican una fuerte interdependencia debido a relaciones de diversa índole, que complica esta adaptación. El estudio de estas interacciones biológicas es fundamental para diseñar estrategias de gestión de ecosistemas y estrategias de manejo de especies amenazadas.

Las interacciones planta-animal son muy importantes y en muchas ocasiones han dado pistas sobre las hipotéticas respuestas de las comunidades ante el calentamiento global del planeta. En Sierra Nevada, por encima de los 2.400 metros y hasta casi los 3.200, encontramos una de estas interacciones, muy singular, que está aportando una información muy útil sobre este fenómeno al Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada; la protagonizan la diminuta mariposa del Puerto del Lobo y la planta hospedadora de sus larvas, la gregoria de Sierra Nevada . Ambos taxones son endémicos de nuestra Sierra y se encuentran seriamente amenazados de extinción.

Estas especies, en todo el planeta, solamente se distribuyen sobre una superficie inferior a 100 hectáreas, aproximadamente unos 150 campos de fútbol. Entre los principales condicionantes de esta restringida distribución se encuentra el clima, lo cual nos hace pronosticar que si continúa la exponencial ascensión de la temperatura en Sierra Nevada, no tardarán en sufrir tanto la planta como la mariposa. Un problema añadido es que Androsace vitaliana nevadensis solamente crece en lugares con un tipo de suelos donde los micaesquistos, feldespatos y cuarzos se desarrollan embebidos en una matriz de esquistos de color más oscuro, propios del manto geológico del Mulhacén. Si asciende la temperatura, el ambiente se tornará hostil para este binomio ecológico, pero su capacidad de migrar a cotas superiores está limitada por la ausencia de sustratos adecuados.

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