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fotos Pepe Romero / Textos J.A. Romero López

La movilidad en Granada, ayer y hoy

En los últimos meses los debates sobre las líneas de autobuses se han puesto de moda a raíz de la puesta en marcha de la LAC Los ciudadanos piden cambios

CORRÍA el año 1964, cuando un autobús de la línea 4 impactó en la Gran Vía con el quiosco de prensa situado a las puertas del banco Hispanoamericano. ¡Todo un notición! Para cubrir este suceso acudieron todos los medios de la época. Un fallo mecánico o el estado de la calzada podrían apuntar como causas del accidente. El impacto, como se puede observar en esta imagen de Pepe Romero, fue terrible. Un seiscientos con el capó destrozado, decenas de periódicos por los suelos y el quiosco destrozado. El causante de tal alboroto, un Pegaso, con la parte delantera y las lunas destrozadas, donde se puede leer el cartel de completo. Junto al siniestro aparecen algunos personajes posando para la posteridad delante de la cámara de Romero.

El transporte público de nuestra ciudad está lleno de anécdotas y sucesos, algunos más agradables que otros. En los últimos meses, los debates en torno a la línea de autobuses urbano se han puesto de moda a raíz de la puesta en funcionamiento de la LAC, que dejaba obsoleta la antigua ordenación de las líneas de transporte urbano. Desde el principio, muchas han sido las críticas hacia esta nueva ordenación de la movilidad en Granada. Tras varios meses de ensayo, la LAC no superó la prueba de fuego, el inicio del curso académico. Paradas saturadas de viajeros, a lo que habría que añadir los incómodos transbordos que antes no se tenían que realizar.

Todo ello ha generado el constante malestar de los ciudadanos con el nuevo plan de movilidad del Ayuntamiento. A todo este desaguisado le faltaba como ingrediente la desaparición de la línea 4, que dejaba sin conexión directa el barrio del Zaidín con la Chana. Todo ello ha generado una lluvia peticiones ciudadanas al Consistorio para que ofrezca una solución a los ciudadanos.

En principio, la mejora de la movilidad no fue como se esperaba. Una enorme inversión realizada en un proyecto que no cumplía con las expectativas que en principio había generado. La LAC funcionaba, pero había ciertas cuestiones que debían ser mejoradas, sobre todo en lo relativo a la supresión de determinadas líneas esenciales para una cómoda movilidad. Lo cierto es que el Ayuntamiento ha rectificado y ha atendido algunas de las peticiones vecinales. Con la nueva reordenación se vuelven a poner en funcionamiento algunas líneas que no deberían de haber desaparecido bajo ningún concepto. Esto no es gratuito. El Consistorio tendrá que desembolsar una cantidad de dinero para arreglar todo este desaguisado. De momento, las líneas SN3, SN4 y SN5 vuelven a funcionar quedando comunicada la ciudad de norte a sur, como antes. La más esperada es la SN4 por la gran cantidad de viajeros que soportará. Ahora, muchos se plantean qué ocurrirá con estas líneas cuando comience a funcionar el Metropolitano. Pues bien, según los responsables del Ayuntamiento, algunas de estas líneas desaparecerán para no entrar en conflicto con el Metro. Es decir, si se cumplen los plazos establecidos para la puesta en marcha del Metropolitano, el próximo año tendremos que volver a estudiarnos las líneas de transporte y los nuevos transbordos que habrá que realizar. Todo para una mayor comodidad del ciudadano. Parece que la LAC se verá de nuevo modificada en apenas un año.

Todo este desbarajuste nos hace preguntarnos por qué no han esperado a que dentro de unos meses esté en funcionamiento el Metropolitano. Sería el momento adecuado de analizar el comportamiento del transporte público y realizar una ordenación de la movilidad. Pero claro, hay que recordar que nos encontramos ante un inminente proceso electoral y la LAC puede dar mucho juego.

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