Cajón de sastre

Francisco González / García

Camellos culpables

08 de septiembre 2015 - 01:00

PORQUE es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios". Estas palabras de Jesús de Nazaret se recogen, con alguna ligera variación, en tres de los evangelios canónicos y siempre me vienen a la memoria cuando los ricos nos rasgamos las vestiduras y lloramos por las desgracias de los pobres. Somos ricos todos aquellos que antes contemplábamos las desgracias del mundo subdesarrollado desde la televisión, con unos pocos canales y ahora las vemos una y mil veces desde muchas plataformas y multitud de dispositivos móviles con los que seguimos y ostentamos de nuestra riqueza. Algunos medios de comunicación muy ricos, pero que se visten de muy progres, dicen que no está bien publicar imágenes tan impactantes aunque hacen reportajes tirando de archivo para que recordemos las olvidadas desgracias que también nos iban a cambiar la conciencia. Pues no, no hemos cambiado. Yo diría que seguimos siendo los mismos lobos que auspiciaba Hobbes.

La desgracia de algunos pobres es que además son pequeños o minoritarios. El pueblo kurdo espera todavía que se cumpla un tratado de 1920 que le aseguraba su independencia del imperio otomano. Fue masacrado durante la primera guerra mundial y su situación es lamentable. Turquía tuvo la suerte y/o inteligencia de moverse en una dudosa neutralidad durante la segunda guerra mundial y luego aliarse contra los soviéticos durante la Guerra Fría. La cuestión se ha diluido muchas veces, hasta faltan imágenes.

Imaginar las pateras que llegan a nuestras costas, al puerto de Motril, resulta casi nimio si lo comparamos con los barcos llenos que alcanzan las costas de Italia o Grecia. Presentar las hambrunas de África y las guerras civiles en sus territorios con innumerables niños y niñas muertos, con fotogénicos buitres esperando la muerte para saciar sus buches, también nos remueve temporalmente nuestra conciencia. Y ahora un niño en la orilla nos conmueve.

Todos los ricos somos culpables. Identifiquen a los ricos como a todos los países que cerramos las fronteras, que ponemos cuotas, que fuimos las potencias coloniales que les dejamos fronteras imposibles, élites corruptas e intereses económicos múltiples llenando nuestros bolsillos. Identifiquen a los ricos como a todos los países que esperamos que el gran hermano americano ponga la sangre sobre el terreno para acabar con la locura en Siria. Yo querría ser un camello pero creo que estoy demasiado cebado para pasar por el ojo de la aguja. Vale.

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