En tránsito
Eduardo Jordá
El año que se va
LA pasada semana nuestra presidenta en activo, Susana Díaz, presentó el nuevo Plan Andaluz de I+D+i; es decir presentó un plan de buenas intenciones para el 2020. Muy largo me lo fías, queridísima presidenta en activo. Pareciera que la piedra filosofal que todo lo resolverá en educación y en investigación científica es el horizonte 2020. Lamento muy mucho no creerme nada de ese maravilloso plan y les doy tres razones, sufridas en mis propias neuronas. En primer lugar preferiría que no prometieran dinero público aquellos que aún deben partidas de apoyo a la investigación andaluza desde 2013, y en ese año se pagó lo correspondiente a 2011. Cinco años de atraso. Y ahora me prometen un horizonte de cuatro años. Para reírse. O a lo mismo se hace ingeniería contable y lo invertido mañana serán las deudas de ayer. Ya casi no sé en qué año estoy. Y para que hablar de la deuda con las universidades, estamos esperando presidenta. Todos los departamentos universitarios estamos contentísimos con la "retención a cuenta" de los remanentes. Ahorramos, no gastamos de más y el resultado ha sido que todo, o casi, se nos va en ingeniera contable.
En segundo lugar hay que aclarar que muchas de las previsiones de inversión no son andaluzas, es que los investigadores andaluces tendrán que competir a nivel nacional o internacional por los fondos del maravilloso 2020. Ella sale en la foto, nosotros nos quemamos las cejas en los laboratorios o delante de los ordenadores rellenando cientos de documentos de una burocracia infame que desanima a muchos. No le voy afear que su ademán sea sonriente, no; le pediría que las universidades dispongan de equipos preparados para apoyar a los investigadores en una tarea burocrática que cada vez es más compleja, por ser suave en su descripción.
Por último, y tal número me pareció un chiste de dudoso gusto, ¿de dónde han salido los cálculos para incorporar entre cinco mil y siete mil investigadores al sistema andaluz de conocimiento? Me conformaría con que encontrarán trabajo los cientos de investigadores que postulan por un contrato, no una plaza de funcionario, en las universidades andaluzas. En mi caso, llevo semanas baremando méritos, tengo treinta personas que optan por un contrato, duermo mal porque sé que casi todos llevan años y años trabajando y se merecen un trabajo. Y aparece el horizonte 2020 como lámpara para iluminar fotos simpáticas. Y la culpa es de la crisis, pues ese bálsamo ya no me sirve para mí conciencia. Vale.
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