Ibéricos de aceituna, para 'gourmet' sin miedo a probar

El empresario granadino Francisco Jiménez ha decidido unir dos de los productos más típicos de la gastronomía patria: el jamón y la aceituna. Sus ibéricos de "aceituna", la singular propuesta con la que un ganadero del pequeño núcleo rural de Brácana, en la localidad granadina de Íllora, ha sorprendido a clientes y comensales con una idea que parece salida de un guión de Bigas Luna.

Y es que los jamones y embutidos de Hijos de Francisco Jiménez Tienda no son unos ibéricos cualquiera, son de producción propia; Francisco y su familia se encargan de la cría, alimentación de los cerdos y de la fabricación artesanal de jamones, paletas y embutidos.

A diferencia de otros cerdos, los de Brácana se alimentan de aceitunas en lugar de bellotas, con lo que el aporte de ácido oleico resulta exquisito para el paladar del consumidor, sostienen quienes lo han degustado. En este pequeño pueblo de poco más de 500 vecinos, Francisco cuida a sus más de 2.000 porcinos que merodean tranquilos y en total libertad entre olivos y demás vegetación de la sierra. Jiménez asegura que "la tranquilidad y el bienestar" de sus animales es lo principal y eso se "aprecia" en el sabor de sus jugosas carnes.

El resto, una materia prima de calidad y el buen hacer en la fabricación de sus lomos y embutidos lo aportan las manos y experiencia de la familia.

El gran compromiso desde sus orígenes en la década de los noventa ha sido garantizar la máxima calidad sus productos a todo lo largo de la cadena de producción, "desde la alimentación de los cerdos en el campo hasta la mesa del consumidor". En esa nueva etapa, la fábrica pondrá en el mercado unas 7.000 piezas aproximadamente ya que prefieren la calidad a la cantidad, aclara Jiménez.

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