Testigo directo

Juan De Loxa

Un rosco de Loxa en Atocha

Acabo de comerme un rosco en la estación de Atocha. Esta tarde de diciembre, domingo 14, algo avanzada ya la hora torera, un grupo de vecinos de Loja eran despedidos por mí en el jardín invernadero de ese lugar donde confluyen ciudadanos de todas las geografías, ramificándose por otros paisajes entre adioses, soledades o búsquedas, como ocurre siempre en donde los trenes se dan cita, alguna vez también para el dolor.

En esta ocasión, y para que no sea una simple noticia para hoy en Granada, me atrevo a dictar una reflexión que es gratitud por un gesto, un solo gesto que en mí se amplía, pues significa que, lejos de protagonismos -aunque justificados- aún quedan personas para las que su buena educación y la memoria, nos permiten vivir instantes levemente noticiables aunque, para quien los habita, vayan más allá de la simple anécdota.

Una llamada telefónica de Antonio Ramón Molina, de Convocatoria por Loja, me regala la posibilidad de este encuentro que no estaba anotado en mi agenda. Nos vemos en el Museo Thyssen, donde tan generosamente me acoge siempre la baronesa, y desde allí, en un paseo ilustrado con unos copos de nieve del cielo de Madrid, nos dirigimos "allí donde se cruzan los caminos", Atocha, recordando al Sabina que nos habla de Madrid.

A unos pasos, el alcalde de Loja, Miguel Castellano, me presenta a su hijo Miguel, con la edad que yo tenía cuando mi madre, en 'el corto', me llevaba al médico a Granada y en la estación de San Francisco comprábamos roscos para los amigos y yo bebía agua de un botijo, pues el trayecto era largo, cansado y con olor a carbonilla que se te metía en los ojos.

¿Soy el único paisano vuestro residente en Madrid que viene a despediros? Me contesta Castellano: El maquinista también es de Loja, por cierto, nieto de un alcalde durante la República.

Antonio Ramón me pasa un pliego que trascribo: "En el día de hoy, por primera vez en su historia, hace parada en Loja un tren de viajeros con destino Madrid. Este tren Talgo Altaria de la empresa Renfe que une Madrid con Granada realizará a partir de la fecha dos paradas diarias (ida y vuelta) en la estación de Loja -San Francisco-, inaugurando así nuestra comunicación directa por ferrocarril con la capital de España. Sirva este documento de testimonio y recuerdo".

Los rostros en Atocha se confunden. Nadie quiere perder el tren. Yo tampoco lo he perdido, cuando una maestra del colegio Caminillo me recuerda un prólogo que escribí, hace años, para los escolares en un libro delicioso.

Miembros de Convocatoria por Loja me entregan una bolsa sorpresa. En ella una hermosa revista y un titular: Loja toma el tren del futuro, Loja ciudad del agua... Y cuando les he dicho a todos adiós ahondo con mi mano para buscar los tesoros no adivinados: una botella de agua de la Sierra de Loja, aceites del Cortijo Abades, aceites también del Manzanil y, de la cooperativa San Isidro, aceites Loxa (de los que no soy accionista). Y este rosco que estoy saboreando a la salud de las buenas iniciativas y de los sueños logrados.

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