Los 28 países que integran la Unión Europea cerraron ayer ya de forma definitiva la posibilidad del que el Corredor Ferroviario del Mediterráneo, con el que se pretende unir Cataluña con Algeciras mediante un doble trazado de mercancías y viajeros, discurra por el litoral de la provincia de Málaga. El pronunciamiento final de los ministros de Transportes reunidos ayer en Bruselas da al traste con la presión ejercida durante meses por los alcaldes de los municipios costeros de Málaga y Granada, así como por las principales formaciones políticas.

En ambos casos, se entendía que la inclusión del trazado costero supondría un impulso considerable para las zonas oriental y, especialmente, occidental de la Costa del Sol. Más aún si se tiene en cuenta que ello hubiese permitido disponer de fondos europeos para impulsar la unión por ferrocarril de toda la costa malagueña, asunto puesto sobre la mesa hace casi un década por las administraciones central y regional en el bautizado como tren litoral.

Pero el trazado desde Almería hasta Algeciras pasando por la costa de Granada y Málaga, que fue estimado en unos 11.300 millones de euros, no forma parte del corredor que ayer sí recibió el aval de los 28 gobiernos que integran la UE. En este sentido, se recoge tal cual la propuesta que en su momento plasmó sobre el mapa el anterior Gobierno del PSOE, que posteriormente intentó modificar, sin éxito, el actual Ministerio de Fomento.

La exclusión del litoral malagueño del Corredor Mediterráneo, el mismo sí beneficia a la provincia malagueña, tanto en cuanto su trazado prevé la llegada de los raíles, para la doble función mercancías-viajeros, hasta Almería, desde donde se adentraría hacia el interior de la región andaluza hasta Granada, para continuar hasta Antequera y desde la ciudad de El Torcal hasta Sevilla.

Cabe recordar que actualmente está en obras la conexión por alta velocidad entre Antequera y Granada, competencia de Fomento, y está paralizado por problemas económicos el denominado eje ferroviario transversal entre Antequera y Sevilla.

Los documentos aprobados establecen el mapa de las infraestructuras que forman parte de la red básica -que podrán ser cofinanciadas hasta un 40% del coste de su desarrollo-, cuya finalización está prevista para 2030, y de la red global, cuyo desarrollo se planea de cara a 2050. A estos proyectos prioritarios se destinará el 80% de los fondos presupuestados para transporte hasta 2020.