Andalucía

La mitad de los bingos cerrados en España el último año son andaluces

  • La provincia de Cádiz es la que más salas (10) ha perdido en la última década. El sector atribuye a la alta fiscalidad andaluza y a los bingos ilegales los malos resultados.

La mitad de los bingos que han cerrado en España en los últimos doce meses lo han hecho en Andalucía. La razón, según asegura Fernando Luis Henar, presidente de la Asociación Andaluza de Empresarios de Bingo (Asaebin), es la alta fiscalidad que el sector padece en Andalucía. El declive es claro, deprimente. El juego social por excelencia está de capa caída en la comunidad mientras en otras regiones vive mejores momentos. "La crisis -apunta Henar- ha sido lo principal, aunque hay un factor añadido digno de un análisis detenido. ¿Por qué los bingos caen en unas regiones del país y en otras no?". Según indica, "otras comunidades han ido ajustando las normativas, elevando la cuantía de los premios para compensar la caída de clientes, lo que les ha ayudado a recuperar ventas. Si no se ajustan estos parámetros -analiza-, si la coyuntura económica te provoca una caída que debía ser de dos o tres puntos, ésta pasa a ser, como es el caso, de seis o siete".

La solución pasa, según Asaebin, "por reducir la fiscalidad. En la actualidad el 57% del ingreso neto que se hace la caja se destina a tasa fiscal de juego, cuando en otras como Madrid están al 40%. Esa fiscalidad más baja hace que haya mayor retorno de premios, lo que ayuda a que los clientes estén más tiempo en la sala. Pedimos una fiscalidad productiva, es decir, una fiscalidad que ayude a mantener la actividad, no para obtener un mayor margen empresarial".

La actual fiscalidad está provocando serios problemas, como una gran pérdida de puestos de empleo. "Esta situación nos ha colocado con retornos bajos de premios, lo que provoca que los bingos ilegales crezcan. Necesitamos un cambio normativo, que haga que el juego sea más interesante".

Sobre la normativa legal para bingos, Henar asegura que "la compartimos completamente". No en vano, en Andalucía no se permite jugar con dinero fuera de los locales con licencia. Otro asunto bien distinto es la ya comentada fiscalidad, "en la que Andalucía no ha hecho absolutamente nada. Se han cerrado ocho salas en los últimos 12 meses y son la mitad de las que se han cerrado en toda España. Es un dato significativo".

Y está el problema de los bingos ilegales, "unos nichos de ilegalidad que se reducirían si hubiera mejores condiciones. Si no evoluciona la normativa los actuales bingos legales acabarán cerrando y se jugará de forma ilegal, porque la gente, y es algo que hay que tenerlo muy claro, seguirá jugando. Si no eres competitivo los nichos de ilegalidad seguirán creciendo. Actualmente, estamos en manos de la Administración".

Hasta el 31 de diciembre de 2013 quienes jugaban al bingo en peñas, bares, círculos e incluso salones parroquiales sabían que el dinero por partida no podía superar determinada cantidad (doble del sueldo diario según el salario mínimo), la cual iba se bajando conforme se endurecían los reglamentos, pero el 1 de enero de 2014 todo cambió: jugar apostando dinero fuera de un recinto habilitado para tal fin quedó prohibido. Las multas van de los 10.001 euros hasta los 600.000. Y es que se han encontrado bingos ilegales que tenían un movimiento anual de 1,4 millones, como fue el caso de uno contra el que la Policía Nacional adscrita a la Junta actuó en Villamartín (Cádiz).

"De este cambio legislativo se ha informado a diversas asociaciones, centros de mayores, etcétera, que tradicionalmente venían jugando con dinero, aún de escaso importe", se apunta desde la delegación del Gobierno de la Junta en Cádiz, que reconoce pese a todo que "la práctica del juego del bingo en asociaciones, centros de mayores, peñas está bastante arraigada, por lo que a veces resulta difícil luchar contra esta práctica".

La actividad de los bingos sufrió un revés muy serio con las leyes antitabaco. La primera les obligó a separar las zonas de fumadores y no fumadores, invirtiendo verdaderas millonadas en ello dadas las grandes dimensiones de estos locales y lo gravoso de los equipos de ventilación. Poco después llegó la segunda ley antitabaco que se llevó a multitud de clientes. "El tercer golpe y el más duro, casi la puntilla, fue la crisis económica", apuntan desde la Asociación Andaluza de Empresarios de Bingo. Antes, el panorama era radicalmente distinto. "Era un juego social. La gente quedaba en las salas, jugaban y después se marchaban. Los mayores, e incluso los jóvenes, tenían dinero, pero ahora hay salarios que no dan ni para eso".

A todo ello hay que unir la enorme caída del volumen de negocio experimentado por este sector. Hace apenas diez años movía en la comunidad 563 millones de euros cuando en la actualidad apenas genera 211 millones. La caída ha sido del 61% y como señalan desde la asociación de empresarios, con una normativa fiscal más laxa muchos puestos de trabajo podrían ser mantenidos.

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