El proceso de 'conquista' del poder por parte de las mujeres todavía está en sus primeras etapas, pero no hay duda de que en los últimos años se han dado pasos de gigante. Una buena muestra de los avances que se han registrado en las últimas décadas se encuentra en el poder institucional, en la presencia de mujeres en altos cargos de responsabilidad en el seno de las administraciones públicas, desde las entidades locales hasta las delegaciones autonómicas.

En Granada ya hay 44 ayuntamientos gobernados por mujeres, lo que significa que algo más del 25% de los municipios de la provincia tiene una alcaldesa. Es cierto que aún falta representatividad, ya que hay un evidente desequilibrio entre el peso específico de las mujeres dentro de la lista de regidores y el porcentaje que representan en el conjunto de la población (un 50,7%), pero también lo es que hace apenas unas legislaturas no era tan fácil ver nombres de mujer entre los alcaldes granadinos.

La gran mayoría de las alcaldesas granadinas, (26, casi un 60% del total), gobiernan bajo las siglas del PSOE. Las regidoras del PP son bastante menos numerosas (13), pero los 'populares' han aupado a mujeres a la Alcaldía de dos de los municipios más importantes de Granada: Motril y Almuñécar. Además, el Partido Andalucista y varias formaciones independientes también cuentan con mujeres en el sillón de mando de cuatro ayuntamientos de la provincia.

En la Diputación de Granada, seis de los 14 miembros del equipo de Gobierno (PP) son mujeres, que ocupan cargos de relevancia como la vicepresidencia primera, la Delegación de Empleo o la de Economía.

Más contundente aún, y más paritaria, es la presencia de la mujer en la Delegación de la Junta de Andalucía en Granada, dirigida por Sandra García. El equipo de delegados está formado por tres mujeres y tres hombres, además de dos coordinadores (un hombre y una mujer) en el Instituto Andaluz de la Juventud y el Instituto Andaluz de la Mujer.

Aunque la conquista del poder institucional es importante, todavía más lo es la del poder orgánico. "Para las mujeres, la gran asignatura pendiente de la política siempre ha sido tocar el poder orgánico. Representación institucional hay desde hace más tiempo, pero hasta hace cuatro o cinco años había pocas mujeres en cargos orgánicos, que son la clave del poder político". Así lo asegura la secretaria de Organización del PSOE de Granada, Elvira Ramón, número tres de una formación dirigida por otra mujer, Teresa Jiménez, la única secretaria general de una formación provincial granadina. "En los últimos años se han dado pasos de gigante. Se ha avanzado mucho y creo que se ha producido una cierta ruptura del techo de cristal", indica Ramón, que explica que de los 52 miembros de la Comisión Ejecutiva del PSOE granadino, 23 están ocupados por mujeres.

Sin embargo, Ramón asegura que la igualdad no ha avanzado igual en todas las formaciones políticas. "A nivel general sí que sigue existiendo techo de cristal", indica, apuntando que "quien ostenta el poder no quiere perderlo" y que en política hay "muchas mujeres en puestos de responsabilidad pero que no tienen cargo político". Y eso, según Ramón, es un grave obstáculo para la igualdad real. "Si no se accede al poder orgánico, siempre estaremos donde nos digan, donde quieran".

La secretaria de Organización del PSOE indica, además, que el ascenso de la mujer en política en muchas ocasiones está lastrado por la falta de corresponsabilidad en el hogar. "Los tiempos de la política no están hechos para las mujeres. Muchas siguen soportando mayor carga en el hogar y eso dificulta la carrera política".

La responsable de Igualdad de la Diputación de Granada, Leticia Moreno, considera que el PP "ha roto la barrera" para favorecer el acceso de las mujeres al poder, como refleja el hecho de que la vicepresidenta del partido sea una mujer (Luisa García Chamorro) y que haya tres mujeres que ocupen el cargo de vicesecretarias del partido. "Puede que hace años los organigramas políticos estuvieran más cerrados a hombres, pero desde hace varias legislaturas eso ya no es así", asegura Moreno, que indica que antes incluso de la entrada en vigor de la Ley de Igualdad [que establece la obligatoriedad de que las listas electorales sean paritarias] "el PP contaba mucho con las mujeres dentro de la estructura orgánica del partido", al igual que a nivel institucional.

La diputada de Igualdad coincide en que a la mujer "le cuesta más" crecer en política por las mayores dificultades para conciliar la vida familiar y laboral, sobre todo si las cargas familiares no se reparten de forma equitativa. "Predicamos mucho con la conciliación, pero nosotras mismas nos frenamos. Hay compañeras que dejan aparte su carrera política por las dificultades para llevar una familia, pero al fin y al cabo la corresponsabilidad entra en el terreno de cada vivienda", explica.

La coordinadora del Área de Mujer de Izquierda Unida en Granada, María Martín, indicó que en el caso de la formación política de izquierdas no sólo apuestan por la paridad, sino también por las listas cremalleras. "Apostamos por la igualdad hasta las últimas consecuencias", indica Martín, que recuerda que la cabeza de lista de IU por Granada para las elecciones andaluzas es una mujer, María del Carmen Pérez.

"Participamos en todos los órganos del partido", asegura Martín, que reconoce que las mujeres van alcanzando poco a poco cuotas de poder en la vida política, pero que no es una tarea sencilla. "Vamos avanzando, pero lo hacemos peleando muchísimo porque no nos lo ponen fácil". El problema es que la igualdad en política no será una realidad "mientras los partidos políticos no se lo crean". "Los partidos reflejan la sociedad machista en la que vivimos. Las mujeres tenemos que trabajar el doble y demostrar el doble. Te exigen lo mismo, como debe ser, pero la carga de las mujeres en el hogar es mucho mayor", asegura la coordinadora del Área de Mujer de IU, que indica tajante que hay una única 'receta' contra el "machismo estructural": "si no hay discriminación positiva no vamos a llegar a cuotas de poder real".