Granada

La ciudad calienta motores mientras se prepara para un otoño de atascos

  • El tráfico denso volvió a Granada, que empezó a despertar ayer del letargo vacacional

Las ciudades sin costa son los únicos seres vivos que hibernan en el verano y Granada pertenece a esta especie. Los habitantes que no tuvieron más remedio que adaptarse a sufrir las altas temperaturas del estío por sus calles se encontraron ayer, como todos los días 1 de septiembre, con muchas caras conocidas pero también con viejos problemas. Los atascos, las colas, el no encontrar plaza de aparcamiento... Ayer la ciudad recuperó su pulso habitual.

Recomiendan los psicólogos volver unos días antes de los destinos vacacionales para amortiguar el impacto del síndrome posvacacional y el hecho de que el día 31 de agosto haya caído este año en lunes ha fomentado que se siga este consejo. Por esta casualidad cíclica y porque los colegios todavía no han empezado a funcionar, Granada está despertando de su letargo de forma paulatina.

El lunes ya había más tráfico pero fue ayer cuando hubo que dar más vueltas y a más manzanas para encontrar una plaza de aparcamiento. Sin embargo, el mal de muchos también es el consuelo de otros, como el gremio de taxistas. "Empieza a haber un poco más de alegría", comentaba ayer Felipe Villegas, un taxista que nunca había visto un agosto tan malo como el del este año. Aunque a mediodía sólo había realizado cuatro carreras, encaraba el otoño con cierto optimismo. "El jaleo empieza cuando arrancan los colegios. Hasta el 20 de septiembre no estará todo el mundo incorporado".

Una opinión que compartía María Trinidad Heras, propietaria de un quiosco de prensa. "Las ventas están mejor. Puede considerarse un día normal porque muchos clientes que se habían perdido con las vacaciones ya han vuelto. El lunes todavía fue regular, pero ni punto de comparación con el desastre de la semana pasada", contaba Heras.

Aunque en su quiosco de prensa no había colas a pesar de la vuelta de la clientela, en muchas tiendas de comestibles se tenía que esperar un tiempo considerable para ser despachado porque a la vuelta se afronta el problema de llenar una nevera que se dejó vacía de productos perecederos.

"Hoy se ha notado mucho el tirón", fue lo único que tuvo tiempo de explicar Marina Velázquez, dependienta de una frutería de Doctor Olóriz, ante las urgencias y las exigencias de las clientas. Porque cuando llega el gentío uno de los males que suele traer consigo son las prisas.

Y la impaciencia era ayer una mala compañera si había que ponerse al volante. Sin embargo, en la sala de control del tráfico de la Policía Local la situación no se veía dramática para lo que puede avecinarse cuando empiecen los colegios.

Según fuentes de la Policía Local, sólo había habido retenciones en algunos puntos afectados por las obras del Metro. "Todo ha transcurrido dentro de los márgenes normales". Hubo atascos en las rotondas de la Circunvalación, sobre todo en Neptuno e Hipercor. Y para muchos conductores la circulación empezó a resultar desesperante en las principales vías de la ciudad, como el Camino de Ronda, Méndez Nuñez o la Avenida de Andalucía.

La bohonomía con la que contemplaban ayer los monitores de la Huerta del Rasillo los agentes da una idea de lo que cabe esperar en las calles de Granada este curso 2009-2010 con las obras del Metro: la ciudad despierta de su letargo para rugir con fuerza.

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