CUALQUIERA MENOS TU | crítica

Escaparate para Sidney Sweeney y Glen Powel

Los intérpretes  Glen Powel  y Sidney Sweeney.

Los intérpretes Glen Powel y Sidney Sweeney. / D. S.

Una pareja bonita con bonitas sonrisas y bonitos cuerpos que se lucen porque la acción se desarrolla en bonitos escenarios del verano australiano. Un guión bonito lleno equívocos y romance con su punto de desencuentro para hacer posible el reencuentro, al parecer "libremente inspirado" en Mucho ruido y pocas nueces (¡y tan libremente!). No, no estamos ante uno de esos telefilmes que acunan sopores en la siesta del fin de semana. El argumento de presunta inspiración shakespeariana responde al siguiente esquema: chico y chica se encuentran, prende una chispa tan intensa como breve; se reencuentran en una boda y simulan ser una pareja para lograr objetivos muy distintos que darán lugar a un buen número de enredos que terminarán como todo el mundo imagina.

El director Will Gluck -Guerra de cheerleaders, Con derecho a roce y una pésima versión del musical Annie- repite la jugada que hizo, con un poquito más de fortuna, en Rumores y mentiras al convertir La letra escarlata de Hawtorne en una comedia romántica estudiantil. El resultado es un marco con forma de película para que en él se luzcan -y vaya si lo hacen- Sidney Sweeney y Glen Powell, mimados por la cámara y por el director, consciente de que ambos son la única razón de ser de la película y el único motivo por el que el público irá a verla. Su única virtud es darle, y en abundancia, lo que en ella buscan. Que no son precisamente sus dotes interpretativas. No engaña a nadie. 

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