Burning Days | Estreno en Filmin

Escenas de la caza del jabalí en Turquía

Una imagen del filme de Emin Alper.

Una imagen del filme de Emin Alper.

No hace falta ser un lince para leer este nuevo largo del turco Emin Alper (Un cuento de tres hermanas) en clave metafórica sobre la deriva totalitaria, reaccionaria y excluyente de su país. Ambientada en la pequeña localidad de Yaniklar en la provincia de Mugla, Burning days nos trae la historia de un joven fiscal recién destinado al lugar que tendrá que enfrentarse a la hostilidad local en pleno litigio por un asunto de aguas y en las fechas previas a unas nuevas elecciones.  

Nuestro protagonista llega dispuesto a sembrar justicia y orden en un entorno donde la caza del jabalí resuena desde el prólogo como uno de los muchos elementos ancestrales y violentos que aún mantienen la comarca lejos de la modernidad, marco de fondo ideal para una dialéctica entre civilización y barbarie que Alper disfraza astutamente de policiaco a partir de una noche fatídica en la que nuestro fiscal cae en la trampa lisérgica de sus anfitriones que será reconstruida una y otra vez como confuso epicentro del drama, el suspense y la tensión creciente.

Burning days apunta también hacia el tabú de la homosexualidad, la corrupción y la xenofobia en la sociedad turca aunque de manera algo superficial, asuntos que delimitan un mapa moral fácilmente exportable que, unido a las formas del thriller, la imaginería simbólica extraída del paisaje y la arquitectura de la zona y los juegos narrativos de ida y vuelta hacen del filme un atractivo artefacto para festivales (pasó por Un certain regard y puede verse ahora en el Atlàntida de Filmin) si no se pone uno demasiado quisquilloso con su esquematismo y sus pequeñas trampas y redundancias.