Candidata sueca para los Oscar (finalmente no ha pasado el corte), Opponent traslada hasta el exilio nórdico del bienestar y los servicios sociales las angustias personales y la falta de libertad de los iraníes en la piel y la conciencia de un luchador profesional y su periplo en el periodo de espera para conseguir la condición legal de refugiado.

El sueco-iraní Milad Alami (Nordic Factory, The chamber) ensancha el cuadro y acerca la cámara a los cuerpos buscando la esencia del drama en ese doloroso encierro en el armario de la homosexualidad que es el causante del exilio y también el germen de una vida de confusión y apariencias en el seno del matrimonio y la familia.

Nuestro protagonista, interpretado con mucha solvencia por el conocido actor iraní Peyman Mooadi (Nader y Simin, La ley de Teherán, La familia de Leila), arrastra así su silencio, sus dudas y contradicciones buscando darles salida en esas peleas donde la energía física y el contacto con otros hombres (le) está permitido. Empero, la atracción hacia otro luchador vuelve a reactivar los fantasmas del pasado y la identidad mientras la vida diaria se complica entre traslados, entrevistas y denegaciones.

Drama íntimo con trasfondo político y denunciatorio, Opponent juega sus bazas con una cierta tendencia a la redundancia de unas mismas ideas y gestos, dejando para su tercio final algunos giros bruscos, incluido su cierre, que tienen más de efecto descongestionador que de lógica del relato. La cinta le debe mucho más al sólido trabajo de Mooadi que a su propia deriva argumental.