detalles en los pasos

El efímero arte del olor de la Pasión

  • Granada es muy clásica en los exornos florales

  • La rosa y el clavel es lo que más se usa estos días

Es lo último en llegar pero no menos importante para que un paso esté completo. Por su delicadeza y etérea conservación es la flor la que da el toque perfecto a las andas que perfumará. No sería Semana Santa sin el aroma a clavel o rosa que se impregna al paso de la cofradía. Junto al andar que imprimen los costaleros la vida del paso procesional la da el exorno floral. Ponerlo es todo un arte y nada se deja a casualidades o arbitrios.

Imprescindible para cualquier cofradía, la flor se arracima en calvarios a los pies de Cristo, en jarras que escoltan a María Santísima o en frisos a la vista y casi al tacto del público de las calles. Pero para llegar a ese momento, meses antes se ha venido trabajando para culminar un oficio solo apto para experimentados cofrades y profesionales de la floristería como Salvador Valero. Un churrianero que aúna las dos facetas anteriores y, por ello, muy solicitado para asesorar a las cofradías granadinas para el exorno de sus imágenes.

Mil euros es la inversión mínima que puede afrontarse para un palio y 1.500, para un calvario

Y eso que Granada es "muy clásica para la flor", apunta este florista, que considera que nuestra capital "se mira mucho en Sevilla" para este menester. Al ser la capital hispalense referencia en muchas artes cofrades, la flor no lo es menos y se sigue la pauta de la ciudad del Guadalquivir. Así, "la rosa y el clavel es lo que más ponemos en los pasos de aquí", expone Salvador.

Asesor de una decena de hermandades de la provincia y de Almería, confiesa que "este año ha ido muy bien el negocio" por la bonanza del clima primaveral "que se ha adelantado". "Al haber venido muy temprana la primavera y el buen tiempo, los precios han estado normales", a la vez que ha beneficiado que las fechas de la Semana Santa se hayan distanciado de las Fallas valencianas. Una circunstancia que "encarece mucho la flor porque ellos se llevan mucho clavel del mercado", explica Valero.

No obstante, la inversión económica de una hermandad para la flor de sus pasos es importante y no se deja a prisas de última hora. Este florista comienza "en noviembre o diciembre como mucho" a hablar con los priostes para hacer los encargos, que vienen de diferentes partes de España y el mundo. "Si es clavel viene casi todo de Levante y Chipiona" pero si el encargo es "más variado o exquisito" se tiene que traer de Holanda.

Aunque Granada no es innovadora, sí "mira mucho la calidad del producto" y eso se nota en el gasto que hacen las cofradías. Mil euros es la inversión mínima que puede afrontarse para exornar un paso de palio -puede llegar a los tres mil si se apuesta por la rosa- y algo más módica en los misterios que sólo lleven friso de flor en los sitios más visibles del paso. No obstante, hay calvarios de Cristo que pueden alcanzar los 1.500 euros si se exorna todo la mesa de las andas que la imagen tiene a sus pies.

Profesionalidad o afición

En cuanto a la tendencia de los últimos años en la que algunas hermandades han echado mano de sus propios cofrades para adornar los pasos, Salvador Valero es claro. "No se ahorra tanto porque a la larga sale más caro", explica. "Creen que se ahorran mano de obra comprándola ellos mismos" pero ante imprevistos que surjan con la flor -puede estar quemada por las cámaras frigoríficas, no abrirse o faltar género- "un florista siempre saldrá más económico".

Por no hablar de la destreza de estos profesionales que con algunas variedades realizan labores realmente delicadas. "El iris va entubado con una ampolla de agua para estar siempre hidratado y puede durar hasta una semana", apunta Salvador consciente de que aún es "más problemático conservar el género en los años de calor". "Se tienen que hidratar las esponjas en las que va la flor para que aguante", precisa.

Una labor que no solo merece el pago estipulado, también el respeto y cariño de las hermandades. "Nos tratan bien en las cofradías pero hay algunas en las que no nos dejan asesorar y son muy caprichosos", lamenta este florista de Churriana de la Vega al que le "encantaría poner la flor de la Soledad de san Jerónimo".

Así, por la delicadeza de este oficio y el complemento perfecto que suponen los ornatos florales de los pasos, uno merece dejarse llevar por el olfato en las tardes noches de la primavera cuando este conjunto artístico deja su aroma tan efímero como admirable.

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