La localidad granadina de La Zubia, guarda en su interior un rincón mágico que ha capturado el paladar y los corazones de sus habitantes. La Dulce Pavía, una dulcería con una historia conmovedora que se ha convertido en un refugio para los amantes de los postres y en un símbolo de resiliencia y pasión en tiempos difíciles.

Detrás de este emprendimiento lleno de dulzura, se encuentran Pilar y Curro, una entrañable pareja de hosteleros que ha dedicado toda su vida a explorar los sabores y deleitar a sus comensales con las más deliciosas recetas culinarias. Antes de abrir La Dulce Pavía, Pilar y Curro regentaban un restaurante muy popular en la entrada del pueblo. Sin embargo, debido a la pandemia y a circunstancias personales, se vieron obligados a cerrar hace algunos años.

A pesar de las dificultades, no perdieron la determinación y decidieron dar un giro completo a su negocio. Así fue como en Semana Santa, el local se transformó en lo que es hoy en día: una encantadora pastelería.

“Llevo toda la vida en el mundo de la hostelería. Estuvimos seis años con el restaurante, pero un cúmulo de circunstancias nos llevó a realizar un cambio que también deseábamos hacer. Queríamos innovar, así que nos especializamos en pavía de bacalao, un plato que no se encontraba aquí en La Zubia”, menciona Pilar con nostalgia.

Sin embargo, el destino les tenía reservado un nuevo camino. Decidieron eliminar la cocina y centrarse en la creación de su propia pastelería, convirtiéndose en un obrador propio minorista. El recibimiento por parte de las personas ha sido gratificante. “A la gente le encanta nuestro producto y eso nos llena de ilusión, algo que creo que nos faltaba hace algunos años”, confiesa Pilar con una sonrisa llena de esperanza.

La amplitud del local les permite ofrecer desayunos y meriendas, brindando a los clientes un espacio cómodo y acogedor. “En La Zubia no hay otro lugar con estas dimensiones, por eso apostamos por esta nueva propuesta. Además, hemos tenido la suerte de tener a nuestro propio pastelero en casa: Curro. Además de ser un excelente cocinero, tiene una maestría en pastelería y bollería”, comenta Pilar orgullosa.

Variedad. El lugar ofrece una gran variedad de meriendas entre las que destacan los tradicionales churros con chocolate totalmente caseros.

Los churros que sirven por las mañanas se han vuelto un básico en los desayunos de La Zubia, siendo muy demandados por los habitantes del pueblo. Ahora, han dado inicio al mundo de la pastelería y están obteniendo éxito en sus primeros pasos.

La famosa tarta de Currononos es ya una imprescindible en tu visita a la Dulce Pavía, está hecha con bizcocho, crema y tostada con azúcar y nata.

En La Dulce Pavía, los dulces son el sello distintivo. No hay mejor lugar en La Zubia para disfrutar de deliciosos crepes, gofres dulces y exquisitos helados. Pero, sin duda, las estrellas del lugar son las tartas caseras elaboradas por Curro. Desde la popular tarta de Currononos, con bizcocho, crema y tostada con azúcar y nata, hasta la exquisita Selva Negra y la irresistible tarta de zanahoria, cada creación es única y deliciosa.

Además, ofrecen una amplia variedad de sabores y están dispuestos a cumplir los deseos de sus clientes. También disponen de bollería tradicional, como las mantas, los milhojas, los barquillos, los royales y los borrachos, ofreciendo una diversidad irresistible para los amantes de los dulces.

A pesar de haberse centrado en el mundo de la pastelería, Pilar y Curro comprenden la importancia de adaptarse a las demandas del pueblo y, por eso, siguen ofreciendo desayunos de calidad. “Eso no se toca, acertamos con ellos y la gente nos ha acompañado. Nos caracterizamos por la calidad con la que elaboramos nuestros productos. El pan que utilizamos es uno de los mejores al usar el producto de aquí, ya que apoyamos a los productores locales”, destaca Pilar, mientras habla del crecimiento de La Zubia.

“Es un pueblo muy vivo, en constante crecimiento, y la gente nos ha acogido maravillosamente. Aquí se encuentra de todo, no es necesario desplazarse a ningún otro lugar. La hostelería está experimentando un aumento en el número de negocios, y esperamos que nuestra pastelería se posicione en lo más alto de la provincia de Granada. Aunque no contamos con el apoyo de las administraciones y afrontamos dificultades económicas, saldremos adelante, como siempre lo hemos hecho. Nuestra determinación nos guía para superar estos tiempos difíciles”, concluye Pilar, quien, definitivamente le ha puesto un toque dulce a la vida.