Tapear en el Zaidín es descubrir un mundo de sabores. Si eres amante del pescado –frito o a la plancha–, o eres vegetariano o un incondicional del jamón asado, en Mesón Molinero tienes tu sitio. No hay receta que se le resista a Sonia Pérez, cocinera del local, que prepara todos los días más de una veintena de tapas con materia prima de “calidad y adquirida en las tiendas del barrio”, indica el propietario Ramón Molinero.

Ubicado cerca del campo de fútbol de Los Cármenes, con una terraza abierta todo el año, este mesón abrió sus puertas en 1985, de mano de Ramón y Elisa –padres de Ramón Molinero–. Tras varias reformas en la actualidad es un rincón acogedor tipo posada donde el cliente nunca pasará hambre, y siempre será bien atendido. “Nuestro objetivo es que la gente que venga, vuelva a repetir”, indica Molinero. Y lo cierto es que clientela no le falta.

“Si tapeas de mediodía, el pescado es nuestro fuerte. Por la noche, triunfan las patatas asadas y los fines de semana hacemos migas con pescado y arroz”, enumera mientras saca unos calamares a la plancha, una fritura de pescado, unas gambas y cigalas. “Las croquetas caseras también están muy buenas”, apunta. Las tapas que vienen acompañadas por patatas chips también hacen las delicias de los comensales. “Son chips hechas sobre la marcha”, anuncia Pérez “ no son congeladas, ni tienen nada que ver con las de bolsa”. Este dato connota la dedicación y cariño que se le pone en este local a la cocina.

El tomate aliñado con aguacate tampoco pasa desapercibido, y las berenjenas con miel se nota que son productos de huerta. También tienen montaditos, lágrimas de pollo –aliñadas por ellos–, secreto, y en invierno, sobre todo, platos de cuchara, ahora en este época también se puede pedir un salmorejo o gazpacho, y por qué no, caldereta de cordero. En la variedad está el gusto. Y en Mesón Molinero precisamente variedad hay muchísima y casera.