Aromas y sabores

Cuánto dura un vino abierto

  • ¿Alguna vez no ha podido disfrutar de una copa de vino solo por no dejar abierta la botella? 

  • Hoy le damos algunos consejos para conservarlo

Poner una cucharita no evita la pérdida del gas.

Poner una cucharita no evita la pérdida del gas.

Seguro que le ha pasado en alguna ocasión. Está solo en casa y le apetece una copa de vino, ya sea para comer, cenar, o ver por la noche una buena película o su programa favorito. Por ahí guardadas tenemos algunas botellas que estamos deseando abrir pero esperamos una ocasión especial para descorcharla. Pero tomarnos solos un par de copas pensamos que no merece la pena pues no terminaremos la botella y pensamos que el vino que quede en su interior se estropeará y sería una pena.

Primero, entendamos el cambio que supone para cualquier vino que abramos la botella: antes de nada debemos tener en cuenta es que el buen vino, elaborado para ser un vino de guarda, mejora con los años, pero una vez abierto, comienza a deteriorarse por el contacto con el oxígeno en el proceso químico que se conoce como oxidación, que no es más que una reacción química, una transformación que hace que el vino vaya perdiendo su aroma, sabor y calidad. Además, los cambios de temperatura extremos o la luz también son grandes enemigos para tener en cuenta.

Por tanto, ¿cuánto dura un vino abierto y vuelto a tapar con su corcho? En este caso también dependerá del tipo de vino que sea y la cantidad que quede en la botella. Asimismo, el vino abierto en la nevera dura más o menos dependiendo de su tipología. Por ejemplo, los jóvenes, tánicos y blancos perduran más, al contrario que los espumosos, que son los más efímeros.

  • Vino espumoso: un día.

  • Vino blanco, rosado y tinto envejecido: tres días

  • Vino tinto joven: siete días

Para ralentizar este proceso, en primer lugar deberemos volver a tapar la botella. Aunque ya haya oxígeno en su interior, así evitaremos que siga entrando de manera continuada. Si no ha conservado su propio corcho, hay accesorios especializados como tapones que sellan herméticamente la botella o bombas de vacío, que extraen el aire de la botella alargando así mucho más la vida del vino abierto. La bomba de vacío para vino es una opción perfecta porque elimina el aire del interiorsobre todo si la cantidad de vino no es mucha en comparación con el tamaño de la botella. De esta manera habrá mayores posibilidades de que entre más oxígeno, por lo que la bomba de vacío para vino permitirá cerrar herméticamente la botella y facilitará la conservación del vino en buen estado. Este utensilio se encuentra fácilmente en vinotecas y grandes superficies por un precio de unos 20 euros. Si no tiene uno de estos accesorios, lo mejor será que cambie el vino a una botella de cristal más pequeña que se pueda cerrar herméticamente y dejar el mínimo aire dentro.

Bomba y tapones de vacío. Bomba y tapones de vacío.

Bomba y tapones de vacío.

En segundo lugar, como decíamos antes, lo más conveniente es que conservemos la botella de vino en la nevera, pues al igual que sucede con los alimentos, el frío ayuda a conservar el vino y a ralentizar su degradación. Pero recuerde no acaba con su oxidación. Como ya sabe, el vino ha de mantenerse a una temperatura constante entre los 12 y los 16 grados.

Si no tiene la posibilidad de guardar la botella en una nevera o vinoteca, procure colocar el vino en un lugar oscuro, pues la luz puede causar reacciones químicas incidiendo negativamente sobre el sabor del vino.

En tercer lugar, a diferencia de la recomendación de mantener las botellas en horizontal cuando no están abiertas, una vez destapadas debe colocarlas verticalmente para que el oxígeno solo esté en contacto con la superficie del vino. Cuánto menos vino entre en contacto con el aire, mejor.

Todas estas recomendaciones pueden servirle para disfrutar del sabor auténtico del vino, aunque la mejor recomendación que podemos darle es que acabe la botella que abra sin dejar pasar muchos días, siempre que lo haga con un consumo responsable.

Y por último destapemos un mito: ¿Sirve de algo poner una cuchara en una botella de cava para evitar que se escapen las burbujas? Este es uno más de los muchísimos mitos y costumbres que han llegado hasta nosotros, heredados directamente de generaciones pasadas.Realmente poner una cucharilla del revés dentro de una botella de champán, cava o cualquier vino espumoso, no sirve de nada, pero décadas atrás estaban convencidos de que sí y, aunque fuese de muy poquito, creían que algo hacía. Esta es la explicación del porqué… Desde el mismo momento en que abrimos una botella el dióxido de carbono que contiene empieza a fugarse, pero hay algo que ayuda a ralentizar que se escapé el gas: el frío. Este es el motivo por el que es aconsejable mantener la botella bien fría en todo momento y suele servirse metida en una cubitera llena de hielo o agua muy fría (y ahí es donde debemos dejarla mientras no se haya consumido del todo). Si dejásemos la botella directamente sobre la mesa se calentaría y las burbujas se escaparían con muchísima más rapidez, pero al estar metida en frío la pérdida de gas es mucho más lenta.Por eso, cuando no nos hemos terminado la botella y no queremos seguir bebiendo más en ese momento,  es muy aconsejable meter la botella directamente en la nevera, para que el frío haga su función de ralentizar que se escape el gas.

Así que ya sabe, a partir de ahora, no dude en abrir esa botella que tantas ganas tiene de degustar, solo o en compañía, aunque no la termine. Y recuerde que el mejor momento para descorchar una botella especial es cuando nos apetece… que además es cuando más la disfrutamos.

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