Cómic

El grano de mostaza de Pablo Ríos

  • El autor presenta en su nuevo cómic, gestado a lo largo de una década, una aproximación a la figura de Jesús de Nazaret tan fiel a los Evangelios como dotada de un poderoso despliegue visual y técnico

  • La vergüenza enterrada

  • Amor fou

Ilustración de la portada de 'Jesús'.

Ilustración de la portada de 'Jesús'. / Pablo Ríos

Sería imposible desligar la historia del arte de la figura de Jesús de Nazaret como inspirador esencial en los últimos dos milenios: ya sea en la pintura y la escultura, el cine, la escena y también el ruido de fondo del arte contemporáneo, artistas del más diverso pelaje han seguido, de manera más o menos consciente, las huellas de Cristo y su mensaje para brindar su particular representación del mundo. El cómic no ha sido ajeno a esta querencia, aunque (en consonancia, eso sí, con el resto de disciplinas) con una mayoritaria intención evangelizadora en virtud del atractivo que ejerce el lenguaje de las viñetas en propios y extraños. Pero costaría mucho encontrar una aproximación a la figura de Jesús tan reveladora y digna de atención como la que aguarda al lector en el último cómic de Pablo Ríos, titulado, con la mayor sencillez y la mayor intención, Jesús. Y es que pocas veces se ha atrevido el tebeo a estirar tanto las costuras de sus posibilidades artísticas para adentrarse en la personalidad de semejante emblema de la historia de la humanidad. Jesús merece ser reconocido como un verdadero acontecimiento, por su alcance y, también, por la rareza que entraña en el panorama cultural del presente. De paso, su realización, prolongada durante diez años, constituye a su vez otra historia de altura, digna de ser contada: que tengamos hoy en nuestras manos un cómic como Jesús es, también, un pequeño gran milagro.

La expulsión de los mercaderes del templo en 'Jesús'. La expulsión de los mercaderes del templo en 'Jesús'.

La expulsión de los mercaderes del templo en 'Jesús'. / Pablo Ríos

Nacido en Algeciras, residente en Madrid y vinculado en su biografía a Málaga, Barcelona y otras plazas, Ríos debutó en el cómic en 2012 con Azul y pálido (Entrecómics), una mirada al cosmos y sus posibles habitantes inspirado por Carl Sagan con la que fue nominado a autor revelación del Saló del Còmic de Barcelona. A partir de entonces, su trayectoria se afirmó en dos direcciones bien reconocidas: el fútbol, con cómics como Fútbol (Astiberri, 2014), El portero (Fundazioa Athletic Club, 2015) y 50 historias ilustradas del fútbol español (Córner, 2019); y la sátira política, de la que ha dado ejemplos modélicos en Presidente Trump: Dios perdone a América (Sapristi Cómics, 2016), Presidente Puigdemont: En principio, sí (Sapristi Cómics, 2017), Nuevo Desorden Mundial (Sapristi Cómics, 2018) y El Evangelio según Santiago (Sapristi Cómics, 2019). Aunque firma habitualmente sus propios guiones, contó con Santiago García, referente decisivo del cómic en España, para Fútbol y El portero. Jesús, sin embargo, entraña un nuevo caudal abierto en su trabajo en el que, sin embargo, encontramos perfectamente definidas sus claves creativas más personales. Ríos comenzó la gestación de Jesús en 2013 y ya entonces tenía claro que su obra sería absolutamente fiel a los Evangelios, aunque lo cierto es que su cómic cuenta el relato, con la misma fidelidad, como nadie se había atrevido a hacerlo hasta ahora. Precisamente, esta singularidad tenía un precio. Y Pablo Ríos lo ha pagado con creces.

"Quería presentar acercamiento adulto y respetuoso a las palabras de Jesús, un intento de comprender la raíz del mito", explica el autor

Jerusalén, representada en el cómic. Jerusalén, representada en el cómic.

Jerusalén, representada en el cómic. / Pablo Ríos

El precio no era otro que la etiqueta de riesgo inasumible asociada a su proyecto: ni una sola de las editoriales a las que Ríos envió su cómic terminado en su primera versión se atrevió a dar el paso. El rechazo tendía a justificarse con el argumento de que un cómic sobre la vida de Jesús de Nazaret no podía garantizar el mínimo recorrido comercial que garantizaría los beneficios más ajustados, lo que, por otra parte, resulta distintivo del paisaje cultural contemporáneo en España. Mientras seguía llamando a más puertas con su Jesús bajo el brazo, Ríos fue implicándose en otros proyectos a la vez que trabajaba en el perfeccionamiento de su obra más querida hasta que tomó una decisión radical: “Jesús es mi trabajo más personal como autor de cómic. En 2013 empecé a dibujar  la adaptación de los Evangelios, intentando ser lo más fiel posible a la poética del texto original. Un acercamiento adulto y respetuoso a las palabras de Jesús, un intento de comprender la raíz del mito y explorar su importancia en nuestra cultura, desde la más pura acción estética. Sin embargo, mi carrera tomó otros derroteros y Jesús nunca terminaba de ver la luz. Finalmente, opté por la opción del crowdfunding, que me concedía tiempo y financiación para dedicarle a este cómic el mimo que se merecía”, explica el propio autor. Así, Ríos tomó las riendas de la publicación y se lanzó a la búsqueda de mecenas que no tardaron aparecer mientras dedicaba toda la atención que Jesús exigía. Su dedicación se prolongó hasta este mismo año y ahora, en el volumen recién publicado, figura el amplio listado de lectores y cómplices que han contribuido con su aportación a su alumbramiento; una nómina en la que aparecen otros autores indispensables del cómic español como Albert Monteys, David Rubín, José Pablo García y el citado Santiago García.

En Jesús, las viñetas, de una enorme convicción emocional, articulan una estructura en la que los distintos episodios de los Evangelios se suceden no de manera cronológica, sino a través de elementos de una notable connotación simbólica. Así, el enfrentamiento con los fariseos en el templo tras la expulsión de los mercaderes, en el que Jesús reta a las autoridades religiosas a destruir el templo para que él lo levante en tres días y así tengan “un signo del Hijo del Hombre”, enlaza con el bautismo en el Jordán a manos de Juan. La última cena, en la que Jesús promete un nuevo Reino a sus Apóstoles, conduce a una representación de la Crucifixión que informa de manera trágica sobre la naturaleza real de ese Reino. Sermones y parábolas encuentran su sitio en el cómic, aunque Jesús aparece representado más como un hombre de acción, siempre en marcha y amante de los gestos definitivos. Pablo Ríos encontró su grano de mostaza; ahora, sus lectores pueden disfrutar del árbol frondoso.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios