Resulta llamativo que ningún director deportivo y presidente de la ACB dé al Barça campeón de esta Copa. La fórmula del perfil bajo es interesante en la semana, ya los azulgranas ganaron Copas en años anteriores, las dos de Pesic (2018 y 2019), con esa etiqueta de tapado. Subestimar a un equipo de tal potencial, económico, es una irresponsabilidad. Tuvo el Barça peligroso por las características de BAXI Manresa, pero que acabó sacando con tensión (102-91). Equipo fenomenal el del Bages, con pequeños diablos, esa pareja Badio-Taylor que se engrandeció en la segunda mitad, con el 50-43 y aprovechando la parada en seco de los azulgranas. Esos veinte minutos fueron los mejores de la Copa. El Barça anduvo más acertado con el 83-83 en esos instantes donde la pelota quema; ahí aparecieron Vesely, Laprovittola o un finísimo Jabari Parker. También Willy Hernangómez durante su desarrollo, para eso firmó ese contrato fuera de mercado con el Barça, para citas como esta, que ha arrancado de forma satisfactoria para su equipo.

Bravo y orgullo por el BAXI Manresa, grupo que embellece el juego. El 9-17 de entrada puso en alerta a un Barça que entró frío a la Copa, ante el buen acierto de Dani Pérez o Devin Robinson en los del Bages. Jabari Parker le daba pausa y el Barça empezó a adquirir inteligencia. Es indomable el Manresa, velocidad y anarquía controlada. Y con esos poderes empató el partido tras el descanso, en pocas posesiones. Escenifica la riqueza de la Copa, porque es un equipo que mola presenciar. Físicamente durísimo y una rapidez que provocará alguna tortícolis a la grada del Carpena. El Barça despertó con el 54-56 tras un triple de Badio, donde ya podía visualizarse el primer gran sorpresón de esta Copa. Willy bajos los aros, la solidez de Vesely y un Da Silva que fue un recurso interesante de Grimau, para tratar de minimizar a Robinson y el físico manresano. Se pondrían los azulgranas 74-67 antes del final del tercer cuarto, pero volvieron los de Pedro Martínez, pegajoso como pocos en la ACB y que le hace singular. De ahí el mérito de un triunfo que pudo amenazar en los últimos minutos. Llegó a dominar BAXI en el 87-88, pero se vio penalizado por el bonus, falta de acierto en los últimos minutos y la eclosión de esas referencias azulgranas. El talento y la solidez en la Copa aparecen, dentro de lo caprichoso de este torneo. Acertó Jokubaitis desde la esquina, Parra con un triple frontal y Laprovittola, más Vesely, cerraron un partido que ya quedó resuelto a pocos segundos del final. No lo tuvo controlado el Barça, pero tuvo capacidad para eternizar el partido, y a Manresa le pesó. Falló Badio algún tiro libres, u otras situaciones liberadas que tocaron red anteriormente. Pero ninguna pega al BAXI Manresa, que deja huella en esta Copa pese a marcharse en cuartos, además con un grupo de aficionados numerosos y protagonista durante la semana.

Las estadísticas