El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, tiene previsto presentar su dimisión este viernes en el transcurso de la Asamblea General Extraordinaria que él mismo convocó a raíz de las duras críticas tras el beso en la boca que le dio a la futbolista Jenni Hermoso en la ceremonia de premios tras conquistar el Mundial de fútbol femenino.
A pesar de su deseo de atrincherarse en el cargo y de ironizar incluso con las críticas que se estaban produciendo en España a su acción fuera de lugar, Rubiales se ha visto acorralado por la presión de las diferentes esferas políticas, particularmente del Gobierno, y también por la posición tomada por la propia protagonista, que se sintió agredida con la acción, como ya comentó en los mismos vestuarios cuando dijo que a ella no le había gustado.
La Cadena SER apuntaba esta tarde que Rubiales ya le había comentado a todos sus colaboradores su intención de dimitir definitivamente, dado que no ha recibido el apoyo que él esperaba en la Asamblea General Extraordinaria que había convocado para ello. Diferentes territoriales y también la mayor parte de los clubes de la Primera División ya habían anunciado que no iban a acudir, por lo que no contaría con esos apoyos.
Rubiales, pues, se había quedado solo y acorralado y dimitirá después incluso de lo que lo debía haber hecho a juicio de todos los miembros del Gobierno que se han ido pronunciando al respecto.
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