El Atlético de Madrid completó otro partido infame, con el que prolongó su sequía de triunfos de 2009 contra un buen Valladolid, que mereció la victoria, aunque un golpe de suerte de su rival y su condescendencia ofensiva le impidieron asegurar los tres puntos hasta el tramo final. El choque siempre perteneció al equipo visitante, muy superior al equipo rojiblanco, que se ha quedado sin fútbol, sin pegada, que atraviesa un momento crítico y que nunca dio la sensación de poder ganar al Valladolid, que consiguió su primer triunfo del nuevo año y que dejó a Javier Aguirre en su situación más comprometida al frente del banquillo del Atlético.
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