Granada cf-écija

Bienvenida, normalidad (4-1)

  • El Granada CF acude fiel a su cita con la victoria cuando juega en Los Cármenes y se muestra con pegada y muy serio en defensa. El equipo de Tomé sigue sin perder en su estadio

 El Granada CF tiene que aspirar a la rutina en sus partidos como local. Salvo alguna excepción desagradable, los encuentros ante la parroquia propia están siendo tan plácidos como marcan todos los guiones previos. El verde Municipal recuerda a los parques londinenses, donde el fútbol y el rugby más puros conviven cada vez que se asoma un rayito de sol. En su pradera el Granada se siente cómodo, los buenos se advierten arropados y se atreven, y los esfuerzos, ampliamente recompensados por la hinchada, se redoblan en pos del bien común. Así, uno tras uno sucumben rivales no exentos de calidad, como el Écija de ayer. Sin ni siquiera espectacularidad en exceso. Sólo con la capacidad extraordinaria de pegada que tiene este equipo, y con un trabajo defensivo serio. Lo de fuera es otra historia, a menudo el talento queda en el vestuario y lo que más luce es el músculo. Pero, por fortuna, ayer se jugaba en casa.

Tiene que ser un signo de normalidad que Óscar Pérez aparezca entre los focos. Ayer, en su reválida personal, lo consiguió. Demostró tener llegada anotando el primero y errando un segundo casi cantado. En cuanto a su capacidad organizativa, brilló más en la parcela recuperadora, aunque se le vio predispuesto a crecer y felizmente mejorado. Esa es una buena noticia. Joselu también tuvo una oportunidad anhelada por el barcelonista. También la aprovechó, sobre todo por predisposición: dio la cara, participó mucho y, aunque en alguna ocasión tomó decisiones erróneas, culminó un trabajo aseado con la asistencia para el segundo de la tarde, obra de un Mainz inconmensurable en el área ajena, pues ya lleva seis tantos. Además, Tariq se mostró como el killer que es y anotó dos tantos, ambos de impecable factura; Javi Casares regresó en el segundo tiempo y demostró no haber perdido ni un ápice de chispa, e Iván Amaya hizo un gran partido, continuidad del que también firmó en Lepe. Pero lo mejor, sin duda, fue la imagen de solidez del equipo, con la excepción de un raramente despistado Raúl Fernández.

 

El Écija fue un digno rival, del que sobresalió muy por encima del resto Coco, habitual de la banda diestra pero ayer 'todocampista', en un esquema distinto al que suele utilizar Vidakovic. El serbio colocó una defensa con tres centrales -Solano y Óscar, con Checa un paso por delante- y dos carrileros -Marcos y Zurdo-, con la intención de disponer de superioridad en la medular, por donde se movieron tres hombres: el propio Coco, Lanza y Lolo Yedra. Al talentoso Igor Angulo le encomendó estar muy atento a Nyom, para que el galo no subiera, dejando como referencia ofensiva a Valverde. La apuesta del ex bético permitió que su equipo le peleara la posesión al Granada y le incomodara mucho en la tarea de crear juego. En el primer tiempo el Écija tuvo más la pelota que su oponente. Sin embargo, el arma de los rojiblancos ayer estuvo a la contra, de la que sacó extraordinarios réditos.

 

Muy importante fue adelantarse prácticamente en la primera acción peligrosa. La zaga cortó en falta una progresión de Felipe y el rechace le cayó a Óscar Pérez, que la colocó perfecta, lejos del alcance del arquero. El asturiano lo celebró con mucha rabia (8').

El Écija respondió con dos acciones consecutivas, una por cada banda, demostrando que el golpe no le había hecho renunciar a su propuesta de merodear el área de Raúl.Tomé ordenó a Benítez y a Joselu que intercambiaran sus puestos y, mediado el periodo, el cuadro rojiblanco comenzó a crear peligro verdadero. Joselu protagonizó dos acciones consecutivas, pero disparó fuera la primera (29') y le cortaron el pase decisivo en la segunda (32'). Dos minutos después, un pase de dibujos animados de Felipe a Kitoko tampoco acabó en gol, por acción defensiva. El segundo se mascaba. Tariq lo buscó lanzándose en plancha a centro de Felipe (38'). Y, al fin, llegó, después de una falta botada con exquisitez por Joselu y cabeceada por el sorprendente 'ariete' Mainz. ¡Qué importante fue consolidar el marcador antes del descanso!

 

El Écija no renunció al ataque en el segundo acto y se mostró algo más ofensivo, aunque el 2-0 fue una losa muy dura de llevar para los sevillanos, que hasta que llegó el definitivo 3-0, no tuvieron opciones de recortar distancias. El mérito del tanto fue, a partes iguales, de Nyom y de Tariq. El galo galopó como en sus mejores carreras y se vistió de Beckham para poner un balón de oro en la cabeza del ariete, que dinamitaba cualquier opción astigitana con su buen remate al primer palo.

 

Tomé rehabilitó para la competición a Cámara y a Casares, y ambos se mostraron frescos. Sin embargo, la relajación apareció y el Écija, que perdonó el 3-1 tras una pifia de Cámara redimida felizmente por Amaya, marcó de falta. Pero, como si se tratara de una demostración de poderío, en la siguiente acción Cámara habilitó a Tariq para que éste, de vaselina, pusiera el cuarto. En fin, lo normal. Ahora falta que lejos de Los Cármenes el triunfo también sea una rutina...

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