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Despistes que lo tapan todo

  • La destreza para desmarcarse y cabecear de Ignacio Camacho, y la incapacidad rojiblanca para frenarlo, en tres acciones de estrategia desmontan el planteamiento de Lucas Alcaraz

Ignacio Camacho no supera los dos metros, ni es especialmente corpulento, ni siquiera tiene pinta de cabeceador. Sin embargo, va realmente bien por arriba. De hecho, casi todos los goles que marca, que tampoco son muchos, los consigue con la testa. Cualquier medio entendido en el mundo del fútbol conoce las cualidades de este centrocampista maño y su peligro en las acciones a balón parado. Por eso no resulta fácil de entender que él solito se encargara de destrozar al Granada ayer en La Rosaleda, de hacer añicos el planteamiento de Alcaraz con tres acciones en las que fue mucho más listo que los zagueros rojiblancos. Fran Rico entonó el 'mea culpa' nada más terminar el partido. "Era mi marca", dijo ante el micro sobre el mismo césped. Llevaba razón. Camacho era su marca y en los dos primeros goles le dejó atrás con sendos buenos desmarques para cabecear libre como el viento ante un Roberto plantado bajo palos. Tan mal lo debieron ver en el descanso que cambiaron su ¿sombra? en los córners. En la segunda parte le ¿encimaría? Murillo. Dio igual. Otro desmarque para dejar atrás la blandísima marca y, esta vez, falta para no dejarle rematar. Penalti y 3-0. Pocas veces un solo jugador hizo tanto daño a un equipo a balón parado.

mismo sistema

Las dudas de los últimos partidos, y la baja de Recio, hicieron plantear a algunos la posibilidad de que el Granada variara su dibujo en La Rosaleda. Alcaraz formó a los suyos como siempre, con un 1-4-1-4-1, en el que Ilori ocupó el sitio de Coeff, habitual en las últimas jornadas, y Fatau el de Recio. La temprana lesión de Riki no modificó nada, ya que Piti jugó en la derecha, donde lo estaba haciendo el madrileño. Ocasiones marradas -la de Brahimi al poco de empezar y el penalti de El Arabi- y goles recibidos aparte, el Granada estuvo errático con el balón aunque llegó bastante a la meta rival y no pasó excesivos apuros atrás. En defensa, tanto Iturra como Fatau estuvieron muy atentos para ayudar a Nyom ante las acometidas del peligroso Amrabat, mientras que en ataque destacó la movilidad de Brahimi, tan escurridizo pero poco determinante en los últimos metros como casi siempre.

buonanotte por dentro

Pocos dudaban de que un planísimo Fatau iba a dejar el partido en el descanso. Entró Buonanotte, que ocupó la posición de tercera pata del trivote, jugando por dentro pero sin apenas crear desequilibrio en los rivales. Eso sí, tanto él como Piti y Brahimi variaron mucho sus posiciones en el segundo tiempo, apareciendo, sobre todo los dos últimos, por cualquier parte del flanco de ataque. La presencia de todos estos atacantes en la medular hizo que Fran Rico apenas se asomara al marco rival y estuviera casi más cerca de Iturra que de El Arabi.

demoledor

Dos datos inquietantes siembran de dudas el futuro, oscuro ya de por sí con la inminente llegada del Barcelona y la salida a Sevilla: el equipo solo ha sumado un punto en sus ocho últimas salidas tras acumular catorce en las ocho primeras. Además, ha recibido seis goles a balón parado en las diez jornadas más recientes tras no encajar ninguno en los 22 choques choques iniciales. ¡Uffffff!

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