Diego Mainz se come al Tigre

Si había un jugador al que todo el que acudió ayer a Los Cármenes quería ver ese era Falcao. El ariete colombiano, una de las sensaciones del presente campeonato, es sin duda la auténtica referencia del equipo de Gregorio Manzano. El killer del Calderón 'demostró' que es un especialista, un rematador a la antigua usanza, aunque se mostró muy limitado cuando el cuero estuvo lejos del área de Roberto.

Para tratar de frenarlo, Fabri puso en liza al centro de la zaga que a día de hoy más confianza le da, que no es otro que Íñigo López y Diego Mainz. Concretamente fue el madrileño el que encargó de él. Ambos, si por algo se caracterizan, es por su excelente dominio del juego aéreo, arma preferida a su vez por Radamel.

El objetivo del Granada CF, y por ende principal función de los defensas rojiblancos, era que la referencia atlética jugara cuanto más lejos mejor del área local y a fe que lo consiguieron.

Ayudado por el buen juego de los locales, Mainz se impuso con absoluta solvencia al 'Tigre' durante todo el choque, al que se le notó muy incómodo sobre el terreno de juego. De hecho, los datos así lo reflejaron en el primer periodo, cuando se mostró más 'activo': cuatro balones tocados, y todos ellos de cara excepto en el minuto 34 en el primer acto. En ese minuto llegó la mejor acción de su primer acto, tras ganar línea de fondo y centrar al corazón del área donde Gabi quiso tocar de tacón en vez de disparar a puerta.

Pero no fue su mal partido lo que más destacó, sino el gran trabajo que el capitán del Granada CF realizó sobre él. Con una gran claridad a la hora de jugar el balón, se anticipó siempre en la marca y, por si fuera poco, se incorporó con muchísimo peligro al ataque. Cada falta lateral o saque de esquina fueron rematados por el '5' rojiblanco. El primero, en el minuto 8, y posteriormente en la mejor ocasión de la primera mitad, a los 12 minutos, tras rematar una falta botada por Abel Gómez que no pudo dirigir a puerta. Y todo, con absoluta limpieza: tan sólo una falta cometida.

La tónica fue la misma durante la segundo mitad o incluso más acusada. Si la falta de gol del conjunto de Fabri comienza a ser preocupante, la del Atlético de Madrid a domicilio no lo es menos. No obstante, eso no debe ser excusa en las filas colchoneras ni tampoco el tan cacareado 'virus Fifa'. Más que nada porque el Granada CF también tuvo a jugadores con sus selecciones.

En la grada existía el temor de que en algún momento el Tigre apareciera. Pero no fue así ya que Diego Mainz se lo impidió cada vez que quiso participar. De hecho, se fue a los vestuarios sin rematar ni una vez a portería. Y no lo hizo no porque no se sepa mover en las inmediaciones del área, que lo sabe y mucho. Sino porque el entramado defensivo de los granadinos le anuló de tal manera que, ofuscado, se tuvo que ir a los vestuarios antes de tiempo dando entrada a Pizzi. Era el minuto 75 y a partir de ahí, era otra la preocupación de Mainz: Adrián López. Cuando se emparejó con el asturiano, al central madrileño le costó más frenarle debido a su extremada velocidad y facilidad para buscar los espacios libres. Pero aunque fue superado en una jugada en la que ganó línea de fondo y la ayuda de Siqueira evitó males mayores, el partido que realizó Diego fue soberbio.

A nivel numérico, la actuación de ambos jugadores refleja lo que se vio sobre el terreno de juego del estadio de Los Cármenes. Al margen de los numerosos balones que cortó, Mainz acertó en 14 pases, por tan sólo nueve de Falcao. Pero además recuperó cinco balones por uno de su par, remató en dos ocasiones por cero del visitante y tan sólo cometió dos faltas. Y es que la anticipación fue una de las claves.

Y todo lo hizo ante el entrenador que le hizo debutar en Primera con tan sólo 18 años en el Rayo. Quizá tomé nota Manzano de este central que crece cada día. Por lo pronto, ayer se comió al Tigre.