El Getafe dio un gran paso para lograr el pase a cuartos de final de la UEFA al ganar al Benfica, aunque dejó escapar una ocasión única de sentenciar la eliminatoria ante un equipo que jugó desde el minuto ocho con diez.

Manteniendo su política de rotaciones, Laudrup apostó de salida por Ustari en la puerta y en punta dispuso a Albin y Braulio, lo que contribuyó a que el Getafe saliese con un juego rápido, al primer toque y sin miedo ante un histórico del fútbol europeo. Por contra, el Benfica entró al partido titubeando, intentando adaptarse a un once inédito, obligado por la ausencia de siete jugadores habituales. En esta situación de incertidumbre inicial, el máximo goleador del Benfica, el paraguayo Cardozo, no supo controlar sus nervios y alcanzó con la mano en la cara a Belenguer, lo que obligó al árbitro polaco Gilewski a expulsarle. Esta tarjeta roja era lo que le faltaba a Camacho, que tuvo que improvisar.

Pero la desgracia local no quedó ahí y en el minuto 25 De la Red se revolvió en la frontal del área y apuntó a la portería defendida por Quim, que, incrédulo, vio cómo el balón entraba en su meta después de que el central brasileño Edcarlos desviase la pelota.

Camacho, que dirigió a su equipo después de asistir al entierro de su padre, no se podía creer el gafe que había caído sobre su conjunto. El gol que puede significar un hito histórico para el Getafe llegó en el 67', pero cuando parecía que todo estaba controlado Ustari le regaló a Mantorras el tanto que pone algo de emoción a la eliminatoria.