El Real Madrid conquistó su quinta Supercopa Endesa tras ganar a los puntos una final de alto voltaje que se pudo llevar cualquiera, ya que el Kirolbet Baskonia vendió cara su derrota y solo su bajón de los últimos minutos permitió un nuevo éxito del equipo entrenado por Pablo Laso (80-73).

La reedición de la última final liguera no defraudó. Ambos conjuntos mostraron su mejor baloncesto y sólo la constancia del Madrid, liderado de nuevo por Sergio Llull y con buenas actuaciones de Campazzo y Prepelic, decantó el triunfo para los blancos, que se llevan la Supercopa cuatro años después de su último éxito.

El Real Madrid salió más fuerte y, con un 10-1 de parcial, tomó las primeras ventajas y obligó a Pedro Martínez a parar el partido ante la falta de ideas de los suyos. La posterior reacción del Baskonia le permitió cobrar ventaja (26-33, 14'). A base de trabajo, los blancos fueron capaces de volver a meterse en la final y un triple de Jayson Granger dio a los suyos una renta de dos puntos al descanso (42-44).

Apareció entonces por primera vez en la pista Klemen Prepelic que mantuvo, con ocho puntos sin fallo, a los blancos al final de un tercer acto que dejó todo por decidir (61-62, 30'). El escolta esloveno siguió haciendo daño y, después de muchos minutos, el Real Madrid pudo respirar tras un parcial de 10-2. Los de Pablo Laso retomaron el control en el momento oportuno ante un Baskonia que sólo pudo sumar once puntos en el último cuarto.