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El Madrid tira de orgullo sin nada en juego (3-2)

  • Los tantos de Mayoral, Ronaldo y Lucas Vázquez hacen inútiles los dos de Aubameyang, que con un doblete había empatado un tempranero 2-0.

El Real Madrid firmó un triunfo de orgullo, reaccionando a un nuevo exceso de confianza tras ver igualados dos tantos de ventaja, con un tanto final de Lucas Vázquez en la competición a la que tiene tomada la medida Cristiano Ronaldo, que firmó pleno de goles en todas las jornadas de la fase de grupos.

La necesidad de recuperar la confianza perdida empujó al Real Madrid a tomar un partido intrascendente con la seriedad que demanda la competición. Zinedine Zidane rotó como en los viejos tiempos y encontró la actitud deseada en la competición preferida de Cristiano Ronaldo. Su temporada es digna de un expediente x. Letal en Europa, gafado en Liga.

Adaptó un 4-3-3 a la necesidad del partido Zizou ante un Borussia Dortmund que buscaba refugio a su pésimo momento con defensa de cinco. En la zona del 9 asomaba Borja Mayoral que no desaprovechó la oportunidad para reivindicarse y meter picante a la comparación goleadora con Benzema. En momentos en los que se agolpan nombres de delanteros centros para el mercado invernal, dejó su mensaje en el campo. Si recibe más minutos para brillar, tiene gol.

Después de su doblete en Copa al Fuenlabrada tardó ocho minutos en mostrar su hambre. Había avisado Cristiano nada más iniciar el partido con un disparo que mostraba las dudas de Bürki en el arco, que detenía como podía en dos tiempos. Y en una acción de portugués, que partía desde banda izquierda, Isco no controló en carrera y el balón cayó a Mayoral que definió con calidad picándolo a la salida del portero rival.

Con todo de cara el Real Madrid le metió intensidad y Cristiano firmó con un golazo el registro que buscaba al marcar en todas las jornadas de la fase de grupos. En la frontal, sin la ansiedad que le atenaza en Liga, lanzó un control orientado a la derecha y chutó al palo largo con una preciosa trayectoria del balón que acarició la escuadra. Nueve goles en Europa por dos ligueros. Las rachas de los delanteros.

El Dortmund era una caricatura de equipo. Se jugaba acceder a la Liga Europa y salió al césped como si él fuese el clasificado para octavos. Resucitó gracias a errores madridistas. La superioridad le invitó a rebajar la intensidad. Cometió perdidas graves en la salida de balón de Isco y Kovacic que fueron una invitación a adelantar metros al conjunto alemán.

Probaba Zidane defensa con nuevos laterales. Nacho ocupaba el derecho sin Carvajal, sancionado, y con su sustituto natural, Achraf, en la grada en un día propicio para ganar confianza. En la izquierda Theo sí tenía la oportunidad de quitarse la mala espina que le quedó en Copa y rozó el gol en una subida con disparo cruzado. Le cogía la espalda Kagawa en la primera ocasión alemana, con un eslalon de Pulisic, que salvaba una rápida salida de Keylor.

El Real Madrid pasaba a perdonar ocasiones que nunca pensaría que acabaría echando de menos. Cristiano, generoso, buscaba asistir de cabeza a Kovacic antes de un remate claro y de un disparo seco se encontraba al portero rival.

Fue cuando entró en escena uno de esos nombres que se suele unir al Real Madrid. Aubameyang comenzó a mostrar sus cualidades, de inicio perdonando lo que un matador no falla. Tras pase rompiendo líneas de Bartra se vio solo ante Keylor Navas y disparó cruzado sin encontrar puerta.

Los jugadores del Dortmund celebran un tanto. Los jugadores del Dortmund celebran un tanto.

Los jugadores del Dortmund celebran un tanto. / efe

Varane sentía molestias musculares y no forzaba viendo el estado de la defensa madridista para medirse al Sevilla. Entraba Marco Asensio, Lucas Vázquez pasaba al lateral derecho y Nacho al centro de la defensa. Entró frío Asensio y un exceso de confianza costó el gol que metía en el partido al Dortmund a dos minutos del descanso. No atacaba el balón, se adelantaba Schmelzer que sacaba un gran centro de zurda que remachaba a la red en plancha Aubameyang.

Otro error de concentración, con la defensa pasiva ante el ataque rival, confirmaba la reacción alemana. Gran gesto de Kagawa y mano a mano Aubameyang ante Keylor, que salvaba la primera pero nada podía hacer con el balón picado tras el rechace.

Nacía un nuevo partido en el Bernabéu con el Real Madrid teniendo que elegir el camino de las dudas de sus últimos partidos o el de la reacción con orgullo pese a no jugarse nada. Optó por la segunda, con su nombre siempre en juego en la competición de la que es el rey en títulos, e inició un asedio.

Primero fue con el dominio de balón y finalmente con ocasiones hasta que encontró el premio del gol. Ramos de cabeza antes de un buen puñado de ocasiones de un Cristiano omnipresente. La más clara la perdonaba tras robo de Isco, cruzando su disparo en exceso. Con el Real Madrid volcado Aubameyang retaba a un pulso de carreras a Nacho que salía victorioso.

La entrada de Ceballos daba mayor calidad a las posesiones y después de otros tres lamentos por ocasiones perdonadas por Cristiano y el mayor tras un gol suyo mal anulado, de la lucha de Mayoral con el portero por un mal despeje al cielo de la defensa, llego el rechace que enganchó ajustado al palo Lucas Vázquez para dar un triunfo de orgullo.

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