Ridículo y fin de ciclo (3-1)
Ud marbella | granada cf · la crónica
Pésimo El Granada CF ofrece una imagen lamentable, se ve superado por el Marbella de principio a fin y la debacle le cuesta el puesto al entrenador Desbordado El equipo, superado en todas las facetas, se muestra impotente
La octava derrota del Granada CF fuera de casa ha supuesto el final de un ciclo. Quique Pina y Juan Carlos Cordero decidieron que Miguel Ángel Álvarez Tomé no debe sentarse más en el banquillo. Era una posibilidad que ya había aparecido en anteriores ocasiones, aunque al final el preparador leonés había logrado salir airoso de situaciones similares. Todo se había arreglado con tirones de orejas a la plantilla, pero esta vez no fue así y el técnico fue destituido de forma fulminante al término del encuentro. Ya se barruntaba que algo así podía suceder por la pobrísima imagen que el equipo ofreció ante un rival que lucha por salir de las posiciones de descenso.
Los dirigentes ven que el proyecto se pone en serio peligro y deciden cortar por el sitio más débil, por el único en el que hay posibilidad de realizar movimientos a estas alturas, ya que el mercado de jugadores está cerrado. Buscan un revulsivo para enderezar una temporada que se puede ir al traste si no cambian a tiempo una serie de conceptos.
El equipo no estuvo a la altura de las circunstancias. Se vio desbordado desde el principio por un oponente que sí mostró una gran intensidad. Los rojiblancos optaron por acomodarse, viéndolas venir en muchos momentos y de esa manera se antoja muy complicado aspirar a lo máximo. Es el sino por el que se tornan los partidos a domicilio. Como decía en el descanso Pedro Pablo Braojos, entrenador del Granada CF la pasada temporada, el equipo tiene dos caras. El técnico toledano comentó el partido para Canal Sur y se quedó sorprendido por la pésima imagen que dio el conjunto granadino.
Casi nada positivo se puede decir. Fue el peor encuentro de esta temporada. Superado en todas las facetas por un Marbella que salió a por todas y que pasó por encima. El equipo adoleció de espíritu y desaprovechó otra nueva oportunidad de recortar distancias con el Melilla. Fue algo parecido a lo que ocurrió en Lucena y Jaén. Impotencia ante un rival que lo rebasó en todas las líneas. A partir de ahora ya no estará Tomé, pero no parece que los defectos que se ven cuando se sale fuera, vengan derivados de las decisiones que ha tomado en cada momento el ya ex entrenador. Fallan los jugadores y en sus manos está enmendar la situación.
De desastrosa cabe calificar la primera parte que protagonizó el equipo en Marbella. Tomé optó por pasar a Lucena al centro de la defensa y situar a Álvaro Cámara con Tetteh en el centro del campo. Los dos jugadores de la medular fueron superados desde el principio. Perdieron claramente esa batalla y para colmo tampoco encontraron colaboración de los jugadores de banda. Los locales parecían el equipo con aspiraciones y los que luchaban por subir de categoría, mientras que los rojiblancos daban la sensación de ser un equipo hundido y sin ideas.
Fue una estampa de impotencia. Vulnerable en defensa, sin fuerza en el centro del campo y sin desborde en los jugadores de ataque. El Marbella ya asustó desde el principio. Contó con tres opciones en los primeros tres minutos. Cualquiera de las tres pudo acabar en gol. José Juan evitó una de ellas. Sólo un lanzamiento de Lucena en una falta pudo cambiar el guión, pero Ávila adivinó, el balón dio en el poste y se abortó la opción. Después Cristian (17') le pegó fuerte al esférico y otra vez José Juan tuvo que estirarse para evitar el tanto. La debacle estaba servida y en cualquier momento tenía que llegar el principio de la sangría. Marcos Suárez abrió la cuenta tras rematar de cabeza sin apenas oposición dentro del área un envío desde la izquierda.
Pinto hizo mucho daño en los lanzamientos de falta cerrados hacia el segundo palo. En esas acciones hizo sufrir al conjunto rojiblanco. Pudo caer alguno más, aunque por fortuna no se aumentó la distancia. El Granada CF estuvo nulo en ataque y sólo en una acción aislada con un disparo de Collantes pudo haber batido a Ávila.
Pero si negativo fue lo que sucedió en el primer acto, peor se puso en el inicio de la segunda parte. Pasó algo similar a lo de Lucena. Dos goles en cuatro minutos derribaron cualquier atisbo de puntuar. El Marbella se subió a las barbas y dio un baño de juego en toda regla. Ver para creer. Los fantasmas de fuera de casa estaban instalados una vez más. Hubo una imagen que llamó la atención. Collantes se estaba atando la bota tranquilamente mientras se producía la acción del segundo tanto. La intensidad la pusieron los locales y no hubo respuesta en ningún momento. Sólo Lucena (55') con un cabezazo al palo pudo recortar un poco la diferencia.
Ante los acontecimientos negativos que había llegado, Tomé optó por jugársela como ya hizo en anteriores encuentros. Sacrificó a Iván Amaya para dar entrada a un jugador de ataque como Javi Casares y pasó a jugar con defensa de tres. El riesgo estaba servido. La reacción tampoco se produjo. Lo intentaron Ighalo, Felipe y también Casares, pero nada de nada. Tuvo en sus botas hacer el cuarto Pinto en una contra, aunque desaprovechó la posibilidad. Salió Kitoko y más tarde Berrocal, pero el destino ya estaba marcado desde mucho antes. Collantes maquilló al final el resultado con un disparo certero tras hacer un recorte. Fue el epílogo a un partido triste y lamentable.
Árbitro: Gómez LiarteH (murciano). No tuvo ningún error importante.
Tarjetas: Amarillas Ibón Díez (30'), Igna (40'); Collantes (32') y Kitoko (67').
Goles 1-0 (23') Marcos Suárez. Centro desde la izquierda y Marcos Suárez remata cruzado de cabeza. 2-0 (46') Pedro. El balón llega a Pedro dentro del área, recorta a Nyom y dispara cruzado. 3-0 (50') Cristian. Balón en profundidad hacia Cristian, que ve a José Juan fuera de la portería, dispara, el meta toca el balón, pero entra en la portería. 3-1 (87') Collantes. El jugador gaditano recorta a un defensa dentro del área, lanza fuerte dentro del área y bate a Ávila
Incidencias: Partido de la trigésima jornada del Grupo IV de Segunda División B disputado en el Estadio Municipal de Marbella ante unos mil espectadores, entre ellos unos 150 seguidores rojiblancos. Terreno de juego en buenas condiciones. Asistieron al encuentro los jugadores y el cuerpo técnico del Melilla, a su vuelta de Sevilla, donde habían disputado por la mañana su encuentro ante el Betis B, en el que fueron goleados.
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