Ni siquiera las portentosas exhibiciones de Cristiano Ronaldo son capaces de eclipsar a José Mourinho, su entrenador, que cada partido acapara protagonismo con su polémica figura. También esta semana y pese a que Cristiano Ronaldo es la sensación del momento gracias a sus espectaculares registros: lleva 22 goles en 18 partidos de la Liga española (aunque él reclama uno más que no figuró en un acta arbitral) y acumula 63 tantos en los 62 partidos jugados con la camiseta del Real Madrid. 

Se da casi por seguro que al final de la temporada habrá superado el récord goleador de la Liga española que mantienen Telmo Zarra y el mexicano Hugo Sánchez, ambos con 38 tantos. Si sigue el actual ritmo, Cristiano Ronaldo acabaría con 45 goles. La última exhibición de Cristiano Ronaldo llegó el domingo, cuando logró un hat-trick que propició el triunfo blanco por 4-2 ante el Villarreal. El portugués no sólo marcó, sino que dio una asistencia al brasileño Kaká en el cuarto tanto y se echó a la espalda a su equipo en los momentos más difíciles. 

Pero esa actuación de Cristiano Ronaldo, que acapara las portadas, quedó otra vez algo eclipsada por la polémica protagonizada por Mourinho en el área técnica. Esta vez fue porque celebró de forma desaforada el cuarto tanto junto al banquillo del equipo rival, que le reprochó la provocación. Mourinho luego juró que fue a celebrar el tanto con su hijo, que estaba sentado detrás del banquillo del Villarreal. 

La prensa censuró casi unánimemente el comportamiento del entrenador del Real Madrid. "Lástima que también pretenda intervenir en aspectos tangenciales al juego, que provoque esa casquería a su alrededor. Es un profesional y debe contenerse. Hay otras formas de festejar una victoria tan trabajada y finalmente merecida a la que él contribuyó de forma decisiva", opinó El País. El diario As también reprocha el afán de protagonismo del técnico. "Mourinho la volvió a liar (dice que sólo fue a saludar a su hijo, pero ahí no tiene que ir para nada) porque no hacerlo es superior a sus fuerzas", opinó. 

Tal acción también opacó la responsabilidad del propio Mourinho en el triunfo del Real Madrid. El equipo blanco vivía angustiado ante un Villarreal superior y el entrenador portugués realizó una modificación táctica que cambió el rumbo del encuentro. Mourinho propuso en el segundo tiempo un equipo con tres defensas y cinco centrocampistas, incorporando a Marcelo a la medular, un esquema inédito esta temporada que sorprendió a su rival. Así, el estadio Santiago Bernabéu disfrutó en la segunda parte después de sufrir durante la primera.