El acto de indisciplina de Fabián Orellana ha causado malestar en el club y Quique Pina ha decidido coger el torno por los cuernos. Por eso el presidente del Granada CF se presentó ayer a las diez de la mañana en Los Cármenes y se encerró en el vestuario con la plantilla y el cuerpo técnico durante más de hora y media. Le acompañaron el vicepresidente y director deportivo, Juan Carlos Cordero, y el gerente y delegado, David Navarro.

El toque de atención propició que hasta se suspendiera una sesión de fotos que se había programado desde hace días. La sesión de entrenamiento no comenzó hasta casi las doce de la mañana. Pina habló muy claro y no quiere que la situación se le vaya de las manos. No se ha aireado de forma pública lo que se habló, aunque sí que hubo regañina por parte del presidente. Se pidió que haya disciplina en el trabajo diario y que se respeten siempre las decisiones del entrenador, aunque no se compartan. Fabri cuenta con toda la confianza de la cúpula rectora de la entidad y así se le hizo saber a la plantilla.

Fue una sesión de terapia en la que también tomaron la palabra los jugadores y el cuerpo técnico. Los futbolistas dieron su punto de vista. Hubo intercambio de pareceres y la situación se ha logrado reconducir después de la tensión de los días anteriores. Desde el martes ya se habló tanto con el jugador como con el entrenador.

La medida que ha trascendido es que Orellana va a ser sancionado, aunque la cuantía de la multa se desconoce. Tras ser expulsado del entrenamiento el pasado martes por no emplearse a fondo, le dijo a Fabri que era mala persona. Lo que se pretende es cortar de raíz el problema y evitar de alguna forma que se pueda repetir a partir de ahora algo parecido con cualquier otro futbolista. Tanto Pina como Cordero explicaron que hay que estar centrados en el trabajo para intentar cumplir los objetivos marcados. Eso significa que no se van a tolerar salidas de tono y en todo momento debe imperar la disciplina. En caso contrario se aplicará el régimen interno para sancionar o bien se buscará salida a los miembros de la plantilla que no cumplan con su cometido.

No se había producido una charla para llamar la atención de la plantilla desde que se produjo la debacle en Albacete. A partir de ahí hubo reacción y se encadenó una buena racha de partidos sin perder. Ahora ha vuelto a tener que intervenir Pina para restablecer el orden.

Juan Carlos Cordero atendió a los medios de comunicación al final del entrenamiento. El director deportivo del Granada CF resaltó que "lo que ha salido a la luz pública no es bueno para un grupo, pero cuando hay treinta personas y la plantilla es extensa, eso crea una presión añadida. Han sido muchos días sin competir y la tensión se acumula. Hemos tratado el tema al igual que otras veces. El presidente ha hablado con los jugadores en el vestuario, se ha tratado con los implicados y todas las partes han dado su opinión. Son problemas que pueden surgir, son roces, pasan en cualquier equipo y en cualquier familia, y el Granada CF no es menos. Se toman las medidas que el club estima convenientes, todo se lava dentro del vestuario para sumar y poder estar el equipo bien para el domingo".

El martes ya hubo un diálogo con el internacional chileno y ayer se hizo extensivo al vestuario. El propósito es que no se caiga más en actos de indisciplina. "Se ha hablado con el jugador para intentar que esa actitud la cambie. Pero lo que no va a hacer el club es sacar estos trapos a la luz pública. Se afrontan y se toman las medidas oportunas. No se va a quedar en una sanción, debe ir mucho más allá. Hay que exponer las cosas encima de la mesa, hablar cara a cara entre los implicados y que esto avance. A las heridas hay que ponerle una tirita y cortar el problema de raíz", explicó Cordero.