Tomé, destituido sin anestesia
Cordero se lo comunica a los jugadores en el autobús y asegura que la decisión la tomó junto a Pina en el palco, con el beneplácito de Pozzo · "Viendo la imagen de hoy había que tomar una decisión", justifica
Los acontecimientos se precipitaron en los minutos posteriores a la finalización del partido. Mientras Álvarez Tomé ofrecía su rueda de prensa con un tono apagado, Pina y Cordero ya habían decidido la destitución. En la calle, un grupo de radicales pedía vehementemente y con malas formas, con insultos incluidos, la marcha del entrenador. El camino del vestuario al bus fue acompañado de malas palabras para casi todos los jugadores, con alguna excepción (como Lucena, Berrocal o Collantes). De repente apareció en escena Juan Carlos Cordero, quien entró precipitadamente a vestuarios acompañado de Antonio Vicente. Al minuto, pedía la presencia de los capitanes, que tuvieron que bajar del autobús para ser informados de primera mano. En la puerta del vestuario, en la soledad de un largo pasillo y con la prensa aguardando a escasos metros, Cordero le comunicaba el cese al leonés. La conversación duró cinco minutos.
"Ha sido una derrota traumática y dolorosa, en la línea que hemos llevado fuera de casa. Sigo diciendo que nuestro peor enemigo somos el Granada y no nuestro rival", comenzó explicando el director deportivo, para pasar a anunciar que "se ha tomado la decisión de cesar a Tomé. Se le ha comunicado a él y al capitán, momentáneamente se hacen cargo Roberto Cuerva y José Alfonso Morcillo".
Cordero dejó entrever que la de Marbella era la última oportunidad para que el equipo cambiara su imagen y dinámica, y que el hecho de que no sucediera precipitó los acontecimientos. Lo dijo muy claro, al señalar que "hoy ha sido el colofón, la imagen que ha dado el equipo es muy mala. Viendo la imagen de hoy había que tomar una decisión. No se podía aguantar el partido del equipo. Queríamos ver si había cambio de imagen y hemos visto que no, el equipo ha salido atenazado. No tengo dudas del trabajo del entrenador pero los clubes tienen la potestad de tomar estas decisiones". Una decisión que se tomó en el palco y durante la segunda mitad: "Durante la última media hora no estábamos viendo ni el partido, lo hemos hablado y hemos tomado esa decisión el presidente y yo". Según el murciano, Gino Pozzo fue puntualmente informado, si bien repitió varias veces que "en el Granada las decisiones son nuestras".
Aunque es poco o nada creíble, Cordero insistió en que "no hay nadie", ni "tampoco tenemos un perfil de entrenador definido". Ficharán "con tranquilidad", pues entiende que "Cuerva y Morcillo son los que conocen mejor la plantilla ahora" y resalta que ahora vienen dos partidos seguidos en casa y que al jugar el próximo en sábado "hay un día menos para trabajar y no hay necesidad imperiosa de que el nuevo se siente el sábado".
Cordero huyó de sentimentalismos y fue sincero al reconocer que "siempre pasa por el lado más débil, es lo fácil, lo tópico, pero es la realidad. Al equipo le falta un mensaje y una mentalidad distinta, salir a los partidos de otra forma, porque, repito, no se trata de los rivales, sino de nosotros, somos nosotros, el equipo fuera de casa no dice nada". Por último, le pidió a la afición que "hay que apoyar al que esté" y señaló que el del Betis "es un partido más importante que el del Melilla y todavía somos segundos".
Tomé fue elegante, exquisito, pese al drama que estaba viviendo. Reconoció que nunca le había ocurrido en su carrera y dijo que no se lo esperaba, además de afirmar que había sentido hasta ese momento el respaldo del club y que no se arrepiente de ninguna decisión. "Estamos en el mundo del fútbol y lo entendemos y aceptamos, viendo que el equipo no esta respondiendo a domicilio", indicó, si bien matizó que "se han dado muchas circunstancias adversas que han propiciado resultados negativos". El leonés aseguró que "para mí es un problema personal grave, pero la obligación del club es mirar por sus intereses", para pasar a indicar que confía plenamente en el ascenso del equipo. Según Tomé, "si tuviera que decir algo malo de alguien lo diría, pero no lo vais a oír de mi boca".
El técnico quiso "disculparme con la afición, porque les he fallado, si tienen que cortar mi contrato es porque les he fallado. Esto es un juego, no me siento culpable de nada, porque lo he hecho lo mejor que he podido. No me lo esperaba, pero entiendo que las voces de un sector de aficionados que se han desplazado lo precipiten. Parece ser que la culpa solo la tiene el entrenador y es algo que asumimos. Es la primera vez que me pasa, lo tengo que asumir desde el momento en que firmo el contrato".
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