Trabajo sin fisuras en todas las líneas
Máximo sacrificio para proteger las aproximaciones del Mallorca al área de Julio César · El equipo rojiblanco deja la puerta a cero en su segunda salida consecutiva
Las dos salidas consecutivas del Granada CF se han saldado con buena nota. Si ante el Sevilla se encajaron tres goles y Abel Resino lo achacó a que el equipo se había partido a la hora de lanzarse al ataque y no finalizar las jugadas, esta vez no pasó. Era algo que pretendía corregir de cara los partidos frente al Racing y el Mallorca. Esa búsqueda de equilibrio ha motivado que se haya perdido atrevimiento en ataque, o al menos el equipo se ha mostrado más prudente en cada subida para no perder el sitio atrás y evitar que los jugadores contrarios lleguen con más espacios.
Los jugadores rojiblancos han sabido interpretar ese mensaje. Todo el equipo se sacrificó al máximo para cerrar espacios. Los centrocampistas ayudaron mucho, desde las bandas se presionó para impedir los avances contrarios y la línea defensiva siempre estuvo atenta para borrar los ataques que se vinieron encima. Un trabajo perfecto y que trajo como recompensa el primer empate fuera de casa de la temporada.
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