EL fútbol uruguayo fue bicampeón olímpico y bicampeón del mundo en la primera mitad del siglo pasado, pero hace 40 años que no tiene una buena actuación en un Mundial. Por eso, el equipo charrúa acude a Suráfrica en busca de los genes perdidos.

Uruguay fue campeón olímpico en París 1924 y Ámsterdam 1928 y levantó el título mundial en sus propias tierras en 1930 y en Brasil en 1950. Pero desde el cuarto puesto en México 1970, la pequeña nación suramericana, de 180.000 kilómetros cuadrados y unos 3,2 millones de habitantes, apenas ha destacado en el panorama internacional.

La potencia ofensiva, en la cual los uruguayos depositan mucha confianza y esperanza, recae en Luis Suárez, el máximo artillero del Ajax y de la liga holandesa, Forlán, del Atlético, Cavani, del Palermo y El Loco Abreu, del Botafogo.

Independientemente de los once que al final salgan al campo de juego para ir enfrentándose sucesivamente a Francia, Suráfrica y México en la primera fase, en el Grupo A, Tabárez está decidido a preparar a todos para que estén a pleno nivel y rindan al máximo en cada partido.