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Dos amores que son imposibles

El domingo fue el Real Madrid, pero también se extiende al Barcelona: cada vez que uno de los grandes viene a Granada tengo la sensación de retroceder más de medio siglo y zambullirme en aquella España que tan bien reflejó Bienvenido Mister Marshall. La ciudad se paraliza y llegamos a ese punto berlanguiano en el que se vitorea más al de fuera que al de casa. Y lo cierto es que da pena porque que en tu propio campo canten el gol del contrincante, a los jugadores del Granada les debió sentar como un tiro en el pie. Con el partidazo que se marcaron ante ¿el mejor club de la historia?

uno u otro

Con todo lo dicho, así no es de extrañar que cuando Modric marcó, en esos planos de grada baja del estadio que sacan ahora las televisiones, parezca que el gol se celebra en el Bernabéu cuando se trata de Los Cármenes. Ciertamente, por muchos años que pasen (que ya son unos cuantos en Primera), que esto siga pasando en Granada es de equipo segundón. Más concretamente de ciudad segundona, si no más abajo. Por estas cosas, a uno se le quitan las ganas de subir de categoría. Los que en los años de Tercera y Segunda B se quedaban en el bar viendo el Plus tendrían que verse obligados a irse a la grada de 'afición visitante', porque aunque sean de aquí, hinchan por el de fuera. Sería lo lógico. Esas tribunas se habilitan para no mezclar aficiones rivales. Y no vale ir con la bufanda del Granada para pasar desapercibido si luego se cantan los goles del otro equipo. Eso es trampa. Eso es de chaqueteros. Y es así. No se puede ser de dos equipos. Se es de uno porque nunca se cantan los goles de los en un mismo encuentro. Se es de tal o cual y luego tienes el típico club que te cae bien. "¿Cómo se pueden querer a dos mujeres a la vez y no estar loco?", dice la canción.

remate

Recuerdo que cuando estaba en el colegio, que parece que fue hace mucho pero no, que una de las mayores vergüenzas era que te tildaran de chaquetero. Como dieras pie a la más mínima sospecha, todos te lo cantaban. Parece que cuando unos se hacen mayores pierden esa vergüenza a la misma velocidad que entró el proyectil de Modric en la meta de Andrés Fernández.

OLIENDO LA MIEL

De las cosas que más fastidia de la derrota del otro día, aparte del gustazo de no haber podido silenciar a los chaqueteros, es que al Granada se le fueron unos puntos preciosos para la permanencia. Los equipos de abajo no suelen contar con ellos a principio de temporada, así que sacarle algo a Madrid, Barça o Atlético puede marcar una salvación o no. Menos en 2012, ante estos siempre se ha sacado algo. En 2013 se le ganó a los blancos, al año siguiente al Barcelona y el curso pasado el empate ante los colchoneros.

¿similitudes ?

Cabe recordar que en la primera vuelta, en el Bernabéu, también realizó un gran partido el Granada, y que a partir de ahí el equipo encadenó siete jornadas seguidas sin ganar con las peores sensaciones de todo el año. Las siete fechas que hacen que el equipo esté abajo ahora mismo y las que rompieron el sueño de la afición de vivir una temporada tranquila. Debe servir de experiencia este dato para que la plantilla lo tenga en cuenta y no caer en los mismos errores de hace unos meses. Los encuentros que vienen son claves. Real Sociedad el domingo que viene, que aunque es fuera, en los últimos años siempre se ha sumado en San Sebastián, vienen Valencia (este Valencia...), Sporting, Espanyol y Rayo, y se sale a La Coruña y a Sevilla en versión verdiblanca. Más en casa que a domicilio. Media permanencia en juego antes de abril.

ricardo costa

Vi más seguridad que de costumbre, aunque sigo pensando que la piedra de toque para un equipo de abajo no es uno que está arriba por todo lo que comporta un encuentro así. Sin embargo, de los tres nuevos que jugaron, lo mejor estaba claro que iba a ser Ricardo Costa. Pese al problema que sigue habiendo por la lateral zurda, el equipo mejoró. Faltan más partidos.

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