Baloncesto | Copa del Rey Granada

Una cálida y colorida fiesta de bienvenida a la Copa del Rey de Granada

  • El Palacio vive una animada, intensa y divertida jornada inaugural con ocho aficiones entregadas

El Palacio de los Deportes durante la jornada inaugural.

El Palacio de los Deportes durante la jornada inaugural. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Hay pocas cosas más bonitas para un hincha que poder viajar con los tuyos a otra provincia a animar en un partido como visitante. Esta sensación de hermanamiento con el resto, en su gran mayoría desconocidos, es aún mayor si el desplazamiento es para vivir la fiesta de la Copa del Rey de baloncesto. Ocho aficiones distintas se dieron cita en el Palacio de los Deportes de Granada con la esperanza de ver ganar a su equipo pero, por encima de lo demás, de disfrutar de una jornada única.

Abrieron la jornada de basket el Joventut Badalona y el Lenovo Tenerife. El núcleo principal de ambas aficiones estuvo prácticamente pegado hombro con hombro aunque ambos conjuntos contaron con pequeños reductos situados por toda la grada. Los gritos de ánimo de los canarios, menos numerosos pero más ruidosos, no cesaron a lo largo de todo el choque. Entre ellos pudieron verse a varios ‘despistados’ que se anticiparon al carnaval vestidos de La Máscara o de vikingo para hacer el ambiente pintoresco y divertido.

'¡Sí, se puede!'

Un aficionado durante la jornada. Un aficionado durante la jornada.

Un aficionado durante la jornada. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

A pesar de que el partido se tintó de amarillo desde el primer cuarto la energía de los seguidores catalanes no se vio afectada por lo que dictaba el electrónico, dando alas a sus jugadores con un estruendoso y constante “Força Penya” que metió en el choque a los verdinegros. Tal fue la conexión con la grada que Joel Parra se dirigió en varias ocasiones al sector badalonés para mantener un ‘diálogo’ que fraguó un “¡Sí, se puede!” ensordecedor y que casi surte efecto en el último tramo del encuentro.

El vibrante final del choque inaugural hizo desaparecer con celeridad a los presentes en el renacido palco que presidió el Palacio y dio lugar a un entretiempo que mantuvo la afluencia de espectadores y mandó a muchos a degustar las maravillas del lugar de tapas más famoso del mundo.

Persistencia

Tras la reanudación ocuparon la pista el Real Madrid y el Río Breogán. Los seguidores blancos anduvieron desperdigados por todo el recinto, con epicentro en la peña Berserkers, mientras que los gallegos desplazados a Granada ocuparon principalmente uno de los fondos y un lateral del feudo nazarí. La hinchada lucense, en un pabellón que conoce a la perfección y en la que se siente cómoda tras el ascenso del pasado año, dio un recital de persistencia y voluntad que los jugadores celestes trataron de corresponder desde la pista.

Varios aficionados cantan durante el partido Varios aficionados cantan durante el partido

Varios aficionados cantan durante el partido / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Un abono con un precio notablemente elevado –y que provocó que se sacase una nueva tirada a la venta– dejó varios huecos en un graderío que, pese a todo, parecía rozar el lleno más allá de la capada capacidad total. Sea como fuere, la entonada afición gallega llenó el vacío con cánticos de “¡A por ellos, oé!” que aunque no sirvieron para vencer el partido cerraron con pasión una emocionante jornada inaugural de baloncesto en Granada.

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