Covirán Granada-Río Breogán | Crónica y resultado

El Covirán Granada vuelve a dar un gran espectáculo y logra la quinta victoria del curso

Jacobo Díaz celebra un triple sobre la bocina.

Jacobo Díaz celebra un triple sobre la bocina. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

El Covirán Granada sigue firme en casa. Los rojinegros volvieron a ofrecer un gran espectáculo en el Palacio de Deportes pese a todos los problemas que está teniendo para entrenar. Venció al Breogán de Lugo por 80-70 en un duelo en el que mandó desde casi el inicio. La actuación coral del cuadro granadino le permite sumar ya cinco triunfos en ocho jornadas. Una cifra inimaginable para un recién ascendido con el bloque de la LEB Oro y tan sólo cinco incorporaciones.

Pablo Pin tiene claro que uno de aspectos del juego de su equipo que tiene un amplio margen de mejora es la defensa. Y eso fue lo que puso en práctica en la primera mitad ante el cuadro gallego, en unos primeros veinte minutos en los que tan sólo encajó 33 puntos. Teniendo en cuenta que en las últimas citas ha encajado en el primer cuarto 25 o más, la mejoría atrás le permitió comandar en el electrónico desde casi el primer minuto.

Igualdad

No obstante, el arranque fue muy igualado con alternancias en el marcador. Nakic asumió el peso de su equipo en ataque ante un Covirán que, fiel a su estilo, repartió la responsabilidad en cancha delantera. La intensidad de Prince Ali en los primeros diez minutos comenzó a dar las primeras ventajas en un duelo en el que, por momentos, se convirtió en un festival de triples por ambos bandos. Cuatro puntos consecutivos del alero temporero y una canasta de Christian Díaz permitió endosarle al rival un parcial de 6-0 que provocó que el exjugador del extinto CB Granada Veljko Mrsic, técnico de los gallegos, parara el choque con una desventaja de cinco puntos. El parcial llegó a ser de 10-0 tras el tiempo muerto, alcanzando los rojinegros los nueve de renta, que se quedó en siete gracias a Ethan Happ (26-19).

Segundo cuarto

Pero lo mejor estaba por llegar y lo hizo en el segundo cuarto. Pin optó salió con dos bases (Lluís Costa y Christian Díaz) junto a Bropleh. Quería evitar el correcalles y aunque la forma de jugar del Covirán es correr, fue la defensa lo que marcó la diferencia. En casi 15 minutos encajó tan sólo 21 puntos. La ventaja fue en aumento y superó la decena gracias a un Alex Renfroe estelar en la dirección (repartió siete asistencias al descanso), anotado además once puntos.

Gran Niang

Con Felicio en el banquillo, Niang lo suplió aportando intensidad e intimidación lo que permitió jugar en ataque con velocidad. Un triple de Renfroe dio paso a la explosión anotadora de los locales que, con un parcial de 5-0, alcanzaron los quince de renta, que llegó a ser de 17. Sin embargo, dos eran los aspectos a mejorar. Por un lado los tiros libres. Fallaron cinco en los primeros veinte minutos. La segunda fue el rebote defensivo. Se sabía que Breogán trabaja muy bien esta faceta y logró nueve capturas que le dieron segundas y terceras opciones que, afortunadamente, no aprovecharon.

Niang fue el máximo anotador del cuadro de Pablo Pin

Pin no quería ni un atisbo de desconcentración y en un pispás, los lucenses redujeron antes del receso la ventaja granadina. De 17 se pasó a 11 al descanso, dejandio el choque muy abierto para la segunda mitad. Lo que no quería el preparador rojinegro sucedió y los de Mrsic se metieron de lleno en el partido con toda la segunda mitad por jugar.

Susto

El tercer cuarto empezó con Renfroe a lo suyo, asistiendo y robando balones, y su equipo con problemas en los tiros libres y el rebote defensivo. Felicio comenzó a aparecer en la zona rival mientras los celestes apostaron por los lanzamientos exteriores pero la renta rondaba la decena. El Covirán siguió haciendo daño con las penetraciones. Los visitantes optaron por una zona que rompió Prince Ali con un triple para generar más dudas en los gallegos. Y es que los recursos ofensivos del Covirán fueron numerosos.

Ramón Vilà volvió a contar con minutos. Ramón Vilà volvió a contar con minutos.

Ramón Vilà volvió a contar con minutos. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Una falta antideportiva de Ali y una canasta de Arteaga le dio emoción al choque pues la ventaja pasó de doce a seis y eso hizo que Pin pidiera tiempo con 2:39 por jugar. La tónica del encuentro cambió por completo. Breogán llegó a ponerse a cuatro pero Mamadou Niang, con cuatro puntos segundos, dio un respiro a su equipo. Con 62-56 se llegó al final de un tercer periodo en el que los 23 puntos encajados llevaron a unos últimos diez minutos que prometieron emociones fuertes.

Un cuarto que arrancó con los dos primeros puntos de Jacobo Díaz que supuso que todos los jugadores que pisaron la cancha anotaran. Lo que le gusta a Pin, que su equipo sea un bloque. De nuevo Niang, con un 2+1 y un enorme tapón a los que sumó varios rebotes, frenó la reacción lucense y levantó al Palacio de Deportes.

La sentencia

De nuevo se llegó a los diez de ventaja (69-59). Se pasó el mal trago a base de paciencia y eso que las decisiones arbitrales no ayudaron a calmar los nervios. Un aprendizaje más para el resto de la temporada. A 6:03 del final, Mrsic buscó soluciones parando el choque. Su equipo era incapaz de mantenerse cerca de su contrincante pese al esfuerzo realizado. Y más tras un triple sobre la bocina de Jacobo Díaz y otro de Bropleh que terminó por romper el choque.

La fiesta

Con quince de ventaja se llegaron a los últimos cinco minutos del encuentro en los que Niang, crecido, terminó por sentenciar el choque con un lanzamiento desde la botella cuando se cumplía la posesión. El Palacio se rindió al pívot senegalés que fue ovacionado con su equipo 17 arriba tras un parcial de 14-1.

La final venció de diez pero sumó la quinta victoria de la temporada en ocho jornadas. Jugar la Copa del Rey no es nada descabellado aunque, ni mucho menos, es el objetivo de la temporada. Pero el rendimiento del conjunto de Pin está siendo excelso pues ya tiene más de un tercio de las victorias para salvarse en su zurrón. Nadie lo esperaba. Hay que ser realistas.

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