Las categorías marcan las diferencias entre equipos de diferentes niveles. Eso lo están sufriendo los Granada Lions, derrotados por la experiencia y calidad de los Firebats (6-38). Ayer empezó la segunda vuelta para los granadinos ante un oponente que, aunque la clasificación decía que eran rivales directos, sobre el campo no lo parecieron. Una derrota que, salvo cambio radical del equipo, aboca a los Lions, al menos, a la promoción de permanencia.

El problema de los Lions ante los Firebats volvió a residir en la dirección de juego. La lesión de Brian Wilbur, el quarterback fichado para jugar en la élite, sigue dejando muestras de irregularidad, por mucho que Carlos Carranza le ponga ganas y Chris Harris, fuera de forma, se haya visto forzado a regresar a los emparrillados. En frente estaba la gran diferencia. Un mariscal de campo polifacético e imprevisible al que le salió un partidazo, el estadounidense Chris Debowski. En conexión con su corredor Álex Silvestre martillearon a una defensa que acabó desquiciada.

El partido empezó de vicio para los Lions. En el primer ataque fueron detenidos a cerca de 10 yardas de la end zone y, acto seguido, tras una rápida recuperación, una gran carrera de Locomotora Gómez establecía el 6-0.

Los Firebats no habían salido de su campo todavía hasta que lo hicieron a golpe de pases largos. Desde ese momento, los Lions apenas lograron avanzar. En nueve secuencias ofensivas que tuvieron los apenas lograron convertir seis primeros downs (43% de efectividad), mientras que los valencianos se salieron con diecisiete (81%). A la primera que tuvieron, marcaron. Debowski pasó a Silvestre y la conversión de dos puntos (se la jugaron en cada anotación), adentro para el primero (6-8).

Los Lions no tuvieron capacidad de respuesta. Hasta el descanso, cada intento de avance moría en el cuarto o perdían el oval. Los Firebats sí golpeaban duro con otro touchdown de Debowski en carrera y convertido por Palau (6-16).

El descanso tampoco sirvió de revulsivo. La primera defensa local detuvo a 26 yardas del touchdown a los valencianos, pero el ataque murió más lejos aún. Los dos siguiente drives ofensivo de los Firebats acabó en marca de Silvestre (6-24) y la que mató el partido, de Palau, en un ataque que empezó en su propia yarda 13. Debowski dio un pase estratoférico para Palau que corrió 40 yardas más para sentenciar (6-32). Antes del final del tercer cuarto, Debowski a la carrera cerraba el marcador y hacía que el último fuera un mero trámite.