athletic| granada cf

Un error garrafal que tira por tierra una gran presión

  • Los rojiblancos recuperan en zonas peligrosas pero no saben concretar

Cuando se hace un buen trabajo defensivo, se presiona arriba y se recuperan numerosos balones pero se comete un grave error como el que provocó el tanto del Athletic, todo parece quedar en nada. Pero lo cierto es que ayer al equipo de Lucas Alcaraz no se le puede achacar nada en cuanto a actitud, capacidad de desgaste e intensidad...salvo en la jugada de marras. Un despiste que cuesta una nueva derrota y de la que deberán aprender los rojiblancos, que ya suman seis jornadas sin ganar y a los que cuando llegan al área se les apagan todas las luces. Muchas fueran las novedades en el once y de todos, el que una vez más rindió por debajo de lo que se le espera fue El Arabi. Los cambios apenas aportaron nada y lo peor de todo es la poca sensación de peligro que el Granada CF ofrece cuando pisa área contraria, pese a los dos palos de ayer.

Más fútbol

Sorprendió Alcaraz apostando por primera vez en Liga con Brahimi como acompañante de Mikel Rico. Y el rendimiento del franco-argelino no decepcionó. Si está concentrado y evita pérdidas absurdas en zonas comprometidas, jugar con el '3' rojiblanco en la medular es sinónimo de fluidez, desborde y dinamismo. Ayer mantuvo la compostura, arriesgó lo justo y cada vez que recibió el cuero dio sensación de peligro, mucho peligro. Una variante en el centro del campo que se puede poner en práctica gracias a que Mikel Rico abarca muchísimo terreno. El próximo viernes se verá si fue sólo un experimento o de verdad Lucas confía en él como director de orquesta.

Atrevidos

Pero si algo gustó ayer en el juego del Granada CF, fue la presión que ejerció el equipo en el inicio del juego del cuadro de Marcelo Bielsa. Ni Laporte, ni Ekiza ni Gurpegui ofrecieron fiabilidad en la salida del balón. El míster lo conocía y ordenó una presión asfixiante durante prácticamente todo el choque, lo que permitió recuperar el cuero en numerosas ocasiones y en zonas de mucho peligro pero nunca se supo aprovechar. Ni El Arabi ni Ighalo ni los jugadores de banda generaron el suficiente peligro para la zona en la que el rival perdía el esférico.

Error garrafal

Todo el trabajo en la presión, la idea de arrebatarle el cuero al Athletic en su zona de creación y buscar la profundidad por banda quedó en nada cuando un error gravísimo de concentración tiró por tierra todo lo realizado hasta el momento. Porque permitir que Ibai Gómez, un especialista, reciba en corto un saque de esquina, se gire y tenga todo el tiempo del mundo para preparar el centro sin que ningún rojiblanco esté ni siquiera cerca es más propio de infantiles que de profesionales. Un nuevo error que cuesta tres puntos y que hizo a Alcaraz jurar en arameo. No era para menos.

Con todo

Con 1-0 el técnico no se lo pensó y puso todo el arsenal ofensivo de que disponía, teniendo en cuenta las numerosas baja con las que contó anoche. Retrasó a Juanma Ortiz en busca de más profundidad en la derecha, situó a Buonanotte partiendo del interior diestro para asociarse con los dos delanteros y ordenó a Nolito buscar también la diagonal ante las constantes subidas de Brayan Angulo. Seis jugadores a los que asistía o trataba de hacerlo Brahimi, con Mikel Rico como guardaespaldas. Pero curiosamente fueron los peores minutos de los rojiblancos.

Sin luz

Porque una vez más, cuando el Granada tiene que mandar y llevar la iniciativa, buscar el área contraria y encerrar al rival, se le apaga la luz. Hay falta de movilidad, no hay contundencia y esta situación se repite jornada tras jornada. Sólo Brahimi parece tener las ideas claras. Un guión que se repite jornada tras jornada y que viene de lejos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios