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Un escalón menos

  • El filial rojiblanco supera la eliminatoria ante un afición que llena la tribuna de Los Cármenes Los de Joseba Aguado pasan apuros en los últimos minutos tras el gol de los madrileños

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El Granada B continúa haciendo historia y accedió ayer, no sin sufrimiento, a la segunda eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda División B. El llamamiento a través de redes sociales y medios de comunicación hecho por el club a lo largo de la semana surtió efecto, y la tribuna del estadio de Los Cármenes estuvo repleta para presenciar a un filial poco acostumbrado a los grandes baños de masas.

El empate a uno de la ida en Alcorcón hacía presagiar un partido muy disputado y ciertamente peligroso, donde el principal objetivo marcado no era otro que mantener la puerta a cero.

Guti y Marcos Toro volvieron a ser los sacrificados de una convocatoria a la que regresó Goku una vez cumplida su sanción. El sexitano saltó directo al once inicial recuperando su posición de extremo zurdo. Joseba Aguado dispuso un planteamiento más ofensivo que en el partido de ida, dando entrada a Isco en la media punta en detrimento de Cristian Baena, que cedió su posición de doble pivote a la habitual dupla formada por Adolfo y Sergio Martín.

La incógnita planteada durante la semana sobre cómo afectarían las dimensiones del terreno de juego se fue resolviendo con el paso de los minutos. Los enormes espacios creados no hacían más que beneficiar al equipo que mayor velocidad y circulación de balón dispusiera sobre el césped. Y aunque ayer la línea de creación del Granada B no estuvo a la altura de otras ocasiones, desde muy pronto se pudo apreciar a un filial más cómodo que su rival.

Comenzó fuerte el Trival Valderas, sabedor de que la frescura de los primeros minutos podía ser crucial para conseguir el gol que necesitaba. Los madrileños asustaron con la primera ocasión de peligro (7'). Salida de Dimitrievski ante Óscar Domínguez que buscó a Palacios y despejó con contundencia la defensa.

Fue prácticamente la única intervención del guardameta macedonio, pues acto seguido el Granada B tomó la manija del partido. Nico se adueñó de la banda derecha, y su activa participación fue la clave para que el filial comenzase a funcionar.

Un desafortunado resbalón de Pedro evitó que ariete cordobés se quedara solo ante Kike (9'). Sin embargo, el delantero se desquitó en la jugada posterior con un imposible control en carrera tras centro de Nico. Control, regate al portero y gol a puerta vacía para sembrar el delirio en las gradas.

El Granada B continuó dominando hasta el descanso a pesar de que la línea de creación estuvo prácticamente desaparecida. La inercia llevó a ambos equipos a agolparse sobre la misma zona central del terreno de juego, y el peligro se basó en buscar puntuales desbordes individuales de los jugadores de banda, especialmente la derecha, con Nico y Óscar Domínguez como principales protagonistas.

La participación de Adolfo y Sergio fue escasa, pero cada vez que alguno de ellos tocaba el cuero, fue con criterio y generó peligro. De sus botas llegaron las ocasiones de Pedro (36' y 39') o Álex Carmona al remate de un córner que la grada cantó gol (37').

El partido pareció quedar sentenciado a los 59 minutos. Isco habilitó a Nico quién, libre de marca, recibió del malagueño para que el motrileño templó con una vaselina para batir a Kike en su salida.

Como la eliminatoria claramente a favor, el partido se fue rompiendo y la tensión comenzó a instalarse entre los jugadores. El Granada B, sin ninguna prisa, pudo hacer el tercero en un contragolpe donde Nico se pudo haber marchado sólo de no haber sido cazado por un defensor.

El choque entró entonces en una fase de pizarra. Joseba probó a intercambiar de banda a Goku y Nico, y poco después sustituyó a éste último bajo una gran ovación de la grada. La entrada de Cristian Baena sirvió para dar algo más de contención a una línea defensiva siempre bien dirigida por Javi Pérez.

Cuando todo estaba encarrilado, en una jugada aislada en el equipo madrileño llegó el gol de Julio, que metía al Trival de nuevo en la eliminatoria y llenaba de nerviosismo al equipo local.

Las fuerzas estaban al límite para los dos conjuntos. Los constantes tirones y calambres de ambos equipos, en especial de los locales, así lo evidenciaban. Los diez últimos minutos fueron de angustioso dominio de un Trival Valderas que a costa de ello renunció completamente a defender. Pedro pudo acabar con el sufrimiento con su gol (91'), pero el asistente se encargó de anularlo por un más que dudoso fuera de juego.

Finalmente, tras seis largos minutos de descuento, Miguel Herlein, que acababa de sustituir a Sergio Martín, marcó tras un contragolpe de libro llevado a cabo por Goku.

Gol y delirio en las gradas para celebrar el pase a la segunda eliminatoria.

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